Dramáticos relatos de los que se salvaron del incendio y el derrumbe en Sao Paulo (FOTOS)

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Desamparados en la calle del edificio que se derrumbó tras incendio en el Largo do Paissandu, región central. Foto Rovena Rosa/Agência Brasil

“Si mi hijo no gritaba, la gente iba a morir toda dentro”, dijo Ana Paula Arcanjo dos Santos, de 46 años, que vivía con siete hijos y con dos nietos en el edificio que se derrumbó esta madrugada tras un incendio en el Largo do Paissandu, centro de la capital paulista. La mujer contó que la gente empezó a bajar por las escaleras después de que su hijo saliera avisando a los residentes sobre el incendio.

“Estábamos dentro de casa, estábamos reunidos, mi nuera y mi hijo. Fue en la hora que yo y él escuchamos un ruido. Pensamos que era tiro, pero no era tiro. Era el vidrio que estaba explotando. Luego explotó una bombona de gas, fue a la hora que salimos corriendo, y el fuego comenzó a extenderse”, dijo. Los habitantes, recordó, bajaron las escaleras corriendo, en un escenario de desesperación: “Mi hijo comenzó a patear los barracones para que todo el mundo se despertar”.

Según Ana Paula, los residentes ancianos no pudieron dejar el edificio. “había muchos ancianos que se quedaron allí, eran muy ancianos”, lamentó.

Todos de la familia está bien, pero perdieron todo, incluso documentos. “Lo perdí todo. Salí con la ropa del cuerpo, obtuvimos ropa aquí en la calle, salimos descalzos. Mis hijos están todos allí. No sé lo que voy a hacer, los documentos de mi hija también, no he cogido nada”, agregó.

El celador Josimar Lopes de Lima vive con la familia en el edificio frente al que se derrumbó. Él contó que se despertó alrededor de las 1:30 de hoy con el ruido de cristal quebrándose. “Me desperté asustado y me fui a la sala. Cuando llegué, miré hacia abajo, en el quinto piso, la mitad del piso, estaba tomado fuego, en el edificio del frente. Yo llamé a mi esposa, le hablé para llamar a los bomberos”, destacó.

Josimar llegó a tomar una manguera de fuego y arrojó agua en el intento de apagar las llamas, pero no aguantó la alta temperatura. Cuando percibió que el fuego se extendía por los pisos del edificio frente al suyo, decidió salir del edificio en que vivía con sus hijos y su esposa. Poco después, su edificio también tuvo focos de incendio en tres pisos: sexto, séptimo y décimo.

Ana Cristina Macedo, de 43 años, vivió durante ocho meses en el lugar, en 2016 y 2017. Ella contó que los pisos en el edificio eran divididos en seis habitaciones o más por maderas. Cada una de esas habitaciones abrigaba a una familia. Era mucho desorden, los madeirites eran todos desordenados, era todo de madera. Ella contó que pagaba R $ 220 por una de las habitaciones.

Agencia Brasil.-

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Prédio de 26 pisos en llamas en el centro de São Paulo – Rovena Rosa/Agência Brasil
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Los moradores del edificio quedaron solo con lo puesto y en la calle – Rovena Rosa/Agência Brasil