Más del 40% de los brasileños hasta 14 años viven en situación de pobreza

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El número representa a 17,3 millones de jóvenes, señala estudio de Abrinq (Marcello Casal Jr/Agência Brasil)

Más del 40% de niños y adolescentes de hasta 14 años viven en situación domiciliaria de pobreza en Brasil, lo que representa 17,3 millones de jóvenes. En cuanto a aquellos en extrema pobreza, el número llega a 5,8 millones de jóvenes, es decir, el 13,5%. Lo que caracteriza a la población como pobres y extremadamente pobres es ingreso mensual domiciliar per capita de hasta medio y hasta un cuarto de salario mínimo, respectivamente.

Los datos son de la publicación “Escenario de la Niñez y la Adolescencia en Brasil”, que será divulgado mañana (24) por la Fundación Abrin. El estudio relaciona indicadores sociales a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), compromiso global para la promoción de metas de desarrollo para 2030, del que Brasil es signatario junto a otros 192 países.

“Algunas metas [de los ODS] ciertamente Brasil no va a lograr cumplir, a menos que invierta más en políticas públicas dirigidas a poblaciones más vulnerables. Sin inversión, queda muy difícil cumplir ese acuerdo”, evaluó Heloisa Oliveira, administradora ejecutiva de la Fundación Abrinq. “Si no hay una inversión masiva en políticas sociales básicas dirigidas a la infancia, quedamos muy lejos de cumplir el acuerdo”.

Uno de los ejemplos de metas difíciles de cumplir está relacionado con la educación, más específicamente para el acceso a la guardería. “Usted tiene una meta, que entra en el Plan Nacional de Educación [PNE], de ofrecer plazas para el 50% de la población de 0 a 3 años [hasta 2024]. Si usted no aumenta la inversión y la oferta de vacantes en guarderías – hoy estamos con un 27% de cobertura -, no llegaremos al 50% para atender el PNE. Esta es también una meta de los Objetivos del Desarrollo Sostenible [de la ONU]”, explica Heloisa.

Otra meta distante del cumplimiento es sobre la erradicación del trabajo infantil. “El acuerdo [con la ONU] prevé que, para 2025, los países erradiquen todo tipo de trabajo esclavo y trabajo infantil. [Brasil] todavía tenemos 2,5 millones de niños en situación de trabajo. Si no hay inversión en la erradicación del trabajo infantil, esa meta ciertamente no va a ser alcanzada”, evaluó.

Jóvenes vulnerables

Según Heloisa, el informe resalta cuánto los jóvenes son vulnerables a la pobreza. Se compara que, mientras que los niños y adolescentes representan cerca del 33% de la población brasileña, entre los más pobres ese nivel es mayor. “Si usted hace un recorte por la pobreza cruzada con la edad, usted percibirá que entre la población más pobre tiene un contingente aún mayor de niños y adolescentes [40,2%]. Este es un punto importante que resalta cuánto los niños son vulnerables a la pobreza “, dice.

La representante destaca además la importancia de analizar los indicadores desde el punto de vista regional, ya que el promedio nacional no refleja lo que ocurre en las regiones más pobres. En cuanto a la renta, el Nordeste y el Norte continúan presentando los peores escenarios, con el 60% y el 54% de los niños, respectivamente, viviendo en la condición de pobreza, mientras que la media nacional es del 40,2%.

“Cuando miramos a un promedio nacional, tendemos a pensar que la realidad está un poco mejor de lo que realmente está. Brasil es un país muy grande, muy desigual, entonces si usted mira los datos regionales, va a ver que las regiones más pobres concentran los peores indicadores de educación, de acceso al agua y saneamiento, de acceso a guarderías, por ejemplo.

Violencia

El informe muestra que el 18,4% de los homicidios cometidos en Brasil en 2016 han victimizado a menores de 19 años de edad, un total de 10.676. La mayoría de estos jóvenes (80,7%) fueron asesinados por armas de fuego. El Nordeste concentra la mayor proporción de homicidios de niños y jóvenes por armas de fuego (85%) y supera la proporción nacional, con el 19,8% de jóvenes víctimas de homicidios sobre el total de sucesos en la región.

La violencia es la consecuencia de la falta de inversión en las otras políticas sociales básicas, según Heloisa. “Los otros índices influencian directamente la estadística de la violencia. Si usted invierte en el mantenimiento de los niños y adolescentes en la escuela hasta completar la educación básica -que está prevista en la ley brasileña, que sería hasta 17 años-, si se invierte en la protección de las familias, en la disponibilidad de actividades y espacios deportivos para niños y adolescentes, “Usted tendrá un número mucho menor de jóvenes involucrados en la violencia”, concluye

Heloisa destaca que hay una relación directa de los altos índices de violencia con las estadísticas de pobreza. “La prueba de que esto es una relación directa es que entre esos 10,6 mil niños y adolescentes asesinados en la mayoría de ellos, más del 70%, son jóvenes negros, pobres y que viven en periferia. Por lo tanto, son adolescentes que viven en situación de vulnerabilidad social, o sea, podría ser evitado con inversión en enfrentamiento de la pobreza, mejorando la calidad de vivienda, educación y salud”, añade.

Para reducir la violencia y los homicidios en ese grupo de edad, Heloisa advierte que no basta con invertir en seguridad pública. “El mejor indicador de la seguridad pública es la evasión escolar cero”, dice. En el caso de las mujeres, se trata de un estudio, realizado por el sociólogo Marcos Rolim, de Rio Grande do Sul, con jóvenes que se quedaron en la escuela y otros que salieron precozmente. “El resultado que él encontró es que los jóvenes que permanecen en la escuela no se involucran con violencia, por lo tanto, hay una relación directa y la mejor inversión para seguridad pública es la escolarización, es el mantenimiento de esos niños en la escuela”.

Los indicadores seleccionados para el Escenario de la Niñez y la Adolescencia se pueden encontrar en el portal creado por la Fundación Abrinq Observatorio del Niño y del Adolescente.

Por Camila Boehm – Repórter da Agência Brasil São Paulo