El presidente trata de seguir lo que es su modo de operar; la intimidación y el acoso a quienes enfrentan a su gobierno del terror.
Es tan endeble su acusación para pedir el “código rojo” a Interpol, que sus mentiras se demuestran sin necesidad de investigar. Mientras la fiscal estaba en silencio frente a sus atropellos la mantenía en su cargo, pero cuando la funcionaria lo enfrentó al comprobar que el sátrapa venezolano comenzaba a llevar al país a una dictadura intentó frenarlo con argumentaciones legales y el tirano, decidió perseguirla a ella y a su esposo, el diputado chavista Germán Ferrer, que tampoco pudo tolerar la corrupción del gobierno de Maduro y se rebeló en contra del régimen, para lo cual inventó una descabellada y falsa acusación para acallarlos.
Interpol no puede intervenir
Lo que el dictadorzuelo de Miraflores pretende ignorar, es que Interpol no puede intervenir en “asuntos de carácter político, militar, religioso o racial”, acciones que están prohíbidas en el artículo 3 de su Estatuto:
“está rigurosamente prohibida a la Organización toda actividad o intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar, religioso o racial”. Los objetivos principales del artículo 3 son a) garantizar la independencia y neutralidad de INTERPOL (reafirmadas en la resolución AG-2006-RES-04), b) conformarse a la legislación internacional en materia de extradición y c) proteger a las personas contra posibles persecuciones.
LEA AQUÍ: Neutralidad, artículo 3 del Estatuto de Interpol