Si bien eran elecciones internas para que cada partido eligiera a sus candidatos, era también un termómetro para saber cuantos votos recibiría cada político y allí triunfó ampliamente el presidente Mauricio Macri.
Las encuestas otra vez fallaron. A Cristina Kirchner, que se postulaba a senadora por la provincia de Buenos Aires le daban cinco puntos por encima del candidato del presidente Macri, Esteban Bullrich, pero la expresidenta quedó debajo-por muy poco- pero abajo del postulante oficialista.
La debacle se manifiesta en la provincia de Buenos Aires y comparando con anteriores candidatos de su partido, la exmandataria obtuvo menos votos que Aníbal Fernández en el 2015, y muchísimos menos que Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.
Como será el desprecio que los votantes de la provincia sienten por Cristina Kirchner que prefirieron al candidato de Macri, por la coalición Cambiemos, Esteban Bullrich, que es casi un desconocido sin la trayectoria de la expresidenta.
En el resto del país, la derrota del kirchnerismo no se puede disimular.
El kirchnerismo perdió por demolición en las principales provincias argentinas, e incluso en Santa Cruz, tradicional feudo de la familia Kirchner, donde gobierna su cuñada Alicia, también derrotada en esta instancia.
El macrismo obtiene el primer puesto en los distritos con mayor cantidad de electores y diputados: la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
También el partido Cambiemos consigue el primer lugar en Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Neuquén, San Luis y Santa Cruz.
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