Pero los bonaerenses están cansados de la corrupción del kirchnerismo que encabeza la exmandataria, junto a la prepotencia y la intolerancia que siempre la ha caracterizado.
Los votantes prefirieron a un desconocido, ante la amenaza de la vuelta de un personaje nefasto que destrozó a la Argentina.
Según las encuestas, la ex jefa de Estado obtendría entre cuatro o cinco puntos por encima de Bullrich, pero la diferencia fue lapidaria, solo la alejan del postulante oficialista, unos 20.000 votos.
Y lloran la derrota y mascullan venganza ante el vergonzoso fracaso que no pueden ocultar de ninguna manera.
Fue un gran triunfo de Mauricio Macri, el presidente que recibió de parte del kirchnerismo una herencia maldita difícil de corregir, porque es tanto el daño que hicieron los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que llevará tiempo revertirlo.