
Según Acton, la tecnología es inviolable; no hay manera de interceptar las transmisiones, y ni siquiera la propia empresa puede hacerlo. “Todos los mensajes enviados por WhatsApp están protegidos con un candado y una llave. Solo el emisor y el receptor tienen las llaves necesarias para abrirlos y leerlos, y nadie más. Nadie pude decodificar la información, ni WhatsApp, ni Facebook [dueño de la aplicación], ni los hackers”, aseguró el ingeniero.
En los últimos años, cuatro decisiones judiciales resultaron en suspensiones temporales del servicio en Brasil, siempre después de que la empresa no suministró a la Justicia informaciones consideradas sensibles para investigaciones de delitos relacionados al narcotráfico, al crimen organizado y a la pornografía infantil. Dos causas relacionadas con el tema se tramitan en el STF, razón por la cual el tribunal realizó este viernes (2) una audiencia pública para discutirlo.
El fundador de la aplicación rechazó la idea de crear alguna herramienta para permitir la interceptación y la extracción de mensajes de WhatsApp, sea por orden judicial o no, argumentando que eso comprometería la seguridad de las comunicaciones de todas las 120 millones de personas que utilizan el servicio en Brasil.
Agencia Brasil









