La cuestionada FIFA, vuelve a generar otra sospecha sobre su imparcialidad, al levantarle la sanción de tres partidos a Leonel Messi por insultos a un árbitro.
La FIFA, con Gianni Infantino como presidente, no cambia la imagen desastrosa que le dejaron los anteriores dirigentes al “perdonar” a Messi y permitirle jugar el resto de la fase eliminatoria.
Si esto le ocurriera a un jugador uruguayo o de cualquier otro país, el comité de apelaciones le aplicaría todo el peso del código como lo hizo con Suárez, donde hubo cientos de pedidos de rebajarle la dura y excesiva pena, sin éxito.
En resumen, la FIFA no cambia. Infantino es más de lo mismo… y todavía eximen a Messi de pagar la multa.
La FIFA pide respetar a los árbitros pero por otro lado deja sin sanción a quien les agravia. Esa es otra forma de generar violencia e impunidad y sienta un peligroso antecedente que da vía libre para que los jugadores le pierdan el respeto al encargado de impartir justicia dentro de un terreno deportivo.
Otro mancha más para la desprestigiada FIFA.
R. V.