
Por Luis Jaunsolo Portillo.-
La flota japonesa encargada de la polémica campaña anual de caza de ballenas salió de cacería en noviembre pasado, a pesar de la moratoria internacional sobre la caza de ballenas.
Japón reconoce, sin embargo, que la carne de las ballenas cazadas termina siendo vendida en los mercados e incluso en los menús de algunas escuelas.
Dicho país caza ballenas, utilizando una laguna de la moratoria a la caza comercial de ballenas, que permite a los países cazar ballenas para “investigación científica”. Sin embargo, esta “caza científica” es una farsa, ya que la carne de ballena se empaqueta y se vende en el mercado según Greenpeace.
El país asiático lleva siglos cazando ballenas. Su carne, muy proteínica, fue clave tras la Segunda Guerra Mundial para alimentar a una nación hambrienta, pero en las últimas décadas el consumo bajo.
Lamentablemente, de las diferentes especies de ballenas que existen, casi todas sus poblaciones se encuentran reducidas, algunas al borde de la extinción, otras en lenta recuperación y algunas tienen en jaque a los científicos, que no logran descifrar si se recuperan o decrece su número. Por ejemplo, la ballena azul -el animal más grande que ha habitado jamás el planeta- aún no se ha recuperado de la caza indiscriminada que la llevó al borde de la extinción.
Las ballenas son animales magníficos por su gran tamaño, por ser pacíficos, misteriosos y por sus largos viajes migratorios, muchos de los cuales son más largos que los de cualquier otro mamífero en la Tierra. Las ballenas son las embajadoras del mar y todo un icono de la lucha para proteger el planeta.
Estas criaturas han fascinado a la humanidad por siglos y cada día, al conocerse más sobre sus comportamientos, se descubre que tienen altos niveles de inteligencia. Si bien aún queda mucho por aprender sobre su forma de vida, se sabe que algunas especies utilizan complejas series de sonidos para comunicarse y que forman grupos sociales complejos.














Es muy extraño como algunas personas se “preocupan” por las ballenas. Las mismas personas que no dicen ni hacen absolutamente nada por las vacas, los cerdos, las gallinas, los atunes, los ciervos, los jabalíes, los caballos, y el resto de los animales que se comen habitualmente en el mundo.
Veo una gran hipocresía en esto.
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