Colegio de abogados: ‘cárceles de Brasil están en manos de bandas criminales’

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El presidente nacional del Colegio de Abogados de Brasil (OAB), Claudio Lamachia (Foto Agencia Brasil)
Después de la rebelión que dejó al menos 60 muertos en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), en Manaus, el presidente nacional del Colegio de Abogados de Brasil (OAB), Claudio Lamachia, instó al gobierno recuperar el control de las cárceles del país, que según él están controladas por organizaciones criminales.
Para Lamachia, las noticias sobre la rebelión revelan que la brutalidad del sistema penitenciario brasileño “se ha convertido en rutina” y que no hay nada nuevo en el caso –en los últimos años incidentes similares tuvieron lugar en Pernambuco, Maranhão y Roraima–. “El Estado tiene que cumplir con su obligación de afrontar ese problema con la velocidad y la urgencia necesarias, sin medidas paliativas que solo lo ocultan”, dijo en un comunicado.
El líder de OAB destacó que la reciente decisión de la Corte Suprema que permite a las autoridades judiciales ejecutar anticipadamente la pena antes de una sentencia firme sin duda agravará la situación de las cárceles con el encarcelamiento de personas inocentes, especialmente los más vulnerables, aumentando así la población carcelaria y el clima de tensión dentro de las prisiones ya hacinadas.
En su opinión, los tribunales superiores deben acelerar la tramitación de los procesos y dar “prioridad absoluta” a juzgar las peticiones habeas corpus y recursos con miras a evitar la prolongación de prisiones consideradas injustas.
Gobierno de Amazonas sabía de plan de fuga en cárcel, dice ministro
La Secretaría de Seguridad Pública de Amazonas tenía informaciones sobre la posible fuga masiva de presos en cárceles del estado entre la Navidad y el Año Nuevo. La información fue confirmada este miércoles (4) por el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes.
Moraes, quien se reunió con la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Carmen Lúcia, negó que el gobierno federal tuviera conocimiento del plan de fuga antes de la rebelión en el Complejo Penitenciario Anísio Teixeira (Compaj) en Manaus, entre los días 1 y 2 de enero.
El motín provocó la muerte de 56 presos en lo que se considera la segunda mayor masacre en presidios brasileños, superada solo por la de Carandiru, en 1992. Otros cuatro presos murieron en la Unidad Prisional Puraquequara, también en Manaus.
Una gran parte de los muertos integraba la organización criminal Primeiro Comando da Capital (PCC), que es rival de la Familia do Norte, grupo aliado a la banda Comando Vermelho, de la cual la mayoría de los presos en Compaj formaba parte.
Al ser preguntado por la posibilidad de que haya una represalia de parte del PCC, Moraes respondió que “no creo que eso va a pasar en este momento, aunque rebeliones surgen de repente”. Afirmó que el sistema de inteligencia de la Policía Federal de todos los estados realizan una acción conjunta con el Ministerio de Justicia para controlar y prevenir nuevas tragedias.
Responsabilidad
Moraes dijo que no es posible afirmar, por ahora, si el gobierno de Amazonas dejó de actuar de manera adecuada para evitar la rebelión y las muertes en las prisiones del estado.
“No detectamos ninguna omisión hasta el presente momento. Las razones serán investigadas por la Policía Civil”, dijo Moraes. “Lo que podemos afirmar es que se produjo una serie de errores. De lo contrario, no habría pasado lo que pasó”.
El ministro dijo que se constató la presencia de armas de alto calibre y el libre uso de móviles por parte los presos, y culpó a los responsables de controlar el acceso a la cárcel.
“No tengo ninguna duda de hubo una sucesión de errores cometidos por quien se encarga de la cárcel. De lo contrario no habrían ingresado ahí machetes, armas pesadas, bebidas y teléfonos móviles. Sin embargo, solo podremos extender la culpa a otras autoridades si hay pruebas”, agregó el ministro de Justicia.
Según Moraes, la próxima etapa de las investigaciones consistirá en determinar si las muertes y la rebelión fueron provocadas con el único propósito de permitir a los líderes de las organizaciones criminales escapar de la prisión. El ministro señaló que, a pesar de los informes de inteligencia sobre una posible fuga, se les permitió a los presos recibir visitas en la noche de Año Nuevo.
Videos publicados en internet por los propios prisioneros tras la masacre muestran la celebración de una fiesta de año nuevo, con el consumo de drogas, unas pocas horas antes de la rebelión.
Agencia Brasil