Por Alejandro Lafluf.-
Política viene de Polis. Por lo tanto no debería extrañarnos que si la Política se degrada, la Polis se degrade también. Cuando Vaclav Havel restauró la Política en la República Checa terminó convirtiendo a su capital (Praga) en la ciudad más hermosa de Europa. ¿Qué quiero decir? Que hasta que el Frente Amplio no resuelva el problema ideológico (corporativismo) entonces no podrá resolver los problemas de gestión. Y eso porque la gestión – cuando se trata de cuestiones políticas – nunca es ciega o exclusivamente técnica. La gestión en política siempre está fundada o sostenida por una visión ideológica. Novick se equivoca cuando dice que la Basura no tiene ideología. La basura es una cuestión política y como toda cuestión política es ideológica. La basura es una cuestión pública – que afecta el interés general – y por tanto es un problema que no puede resolverse con independencia de lo político. Por eso la propuesta técnica es necesaria (qué duda cabe) pero a todas luces no es suficiente. En otras palabras: el problema de la basura no pasa por los camiones, los contenedores, los técnicos, la maquinaria, etc, etc. Las Intendencia cuenta con todo eso y mucho más. ¿Entonces por qué el problema de la basura no se resuelve y se agrava cada vez más? Porque si el problema político de fondo no se resuelve ninguno de estos recursos e instrumentos nos traerá la solución. Y el problema político de fondo es ideológico, no técnico. La gestión hay que mejorarla (qué duda cabe) la basura hay que clasificarla en origen, hay que recogerla, procesarla y tratarla diariamente, los contendores hay que lavarlos, etc. Sin embargo la cuestión ideológica – que informa las decisiones del Gobierno Municipal – impide que se gestione adecuadamente el problema. Y esa cuestión ideológica sigue intacta.
Me explico: la fuerza de Gobierno no está dispuesta a afectar en nada a los intereses corporativos. ¿Por qué? Porque asume que el interés de los trabajadores coincide con el interés general. Esa actitud impide gestionar la cosa pública de forma equilibrada. Es decir sopesando los intereses corporativos pero a un mismo tiempo priorizando el interés general. La cuestión corporativa es un resabio marxista y su explicación es filosófica. Los liberales ubicaban la instancia universal en la Sociedad civil, Hegel la ubicó en el Estado y Marx finalmente la re-ubicó en el Proletariado. De este modo Marx hizo coincidir el interés de los trabajadores con el interés general. Esta actitud explica por qué la izquierda cae una y otra vez en el corporativismo y no termina de entender que la política no tiene que ver exclusivamente con el interés de los sindicatos sino con el interés de todos los ciudadanos. No se trata de desconocer el interés de los trabajadores – eso es neoliberalismo – sino de no subordinar el interés general al interés sindical. El interés general es el norte en cualquier cuestión política. La basura afecta el interés general y por tanto es un problema que debe encararse y resolverse políticamente. Pero la actitud política tiene que ser otra. Si no avanzamos hacia un cambio político entonces no hay forma de mejorar la gestión.