El decreto ha ratificado unas normas de la Santa Sede respecto a los homosexuales, señalando que “la Iglesia, respetando a las personas afectadas, no puede admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a quienes practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente enraizadas o apoyen aquello que se conoce como cultura gay” y refiere sobre el celibato que “Sería imprudente admitir a un seminarista que no haya alcanzado una afectividad madura, serena y libre, casta y fiel al celibato”, explica el documento de la Iglesia Católica.
Sin demora, la organización católica LGBT New Ways Ministry (Ministerio del Nuevo Camino) a través de Francisco DeBernardo, Director Ejecutivo dijo en un comunicado que “El Papa Francisco tiene muchas explicaciones que dar al aprobar la nueva instrucción del Vaticano que reafirma la prohibición de 2005 de que los hombres gays se conviertan en sacerdotes. La declaración de “¿Quién soy yo para juzgar?” Del Papa Francisco en 2013 fue hecha en respuesta a una pregunta sobre los hombres gays en el sacerdocio, y esa respuesta indicó muy claramente que él no tenía un problema con la orientación sexual de un sacerdote gay, como Siempre que “busque al Señor y tenga buena voluntad”, señala el representante del colectivo LGBT.
Piden por los gay y lesbianas que ya sirven dentro de la Iglesia Católica
Luego el director del grupo gay expone: El documento más reciente, titulado “El regalo de la vocación sacerdotal”, contiene tres secciones sobre hombres gays como candidatos al sacerdocio y todos los mensajes son negativos. Los escritores del documento parecen haber cerrado los ojos al hecho de que miles y miles de hombres gays ya están sirviendo fiel y eficazmente en el sacerdocio católico. De hecho, sin los hombres gays, la Iglesia no sería capaz de operar. (Añada a esto la multitud de mujeres lesbianas que sirven en diversos ministerios de la Iglesia, cuyo servicio permite que suceda tanto bien)”, sostiene Francisco DeBernardo, Director Ejecutivo del Ministerio del Nuevo Camino.
Agrega también que “Si el documento no hubiera sido aprobado por el Papa Francisco, podría ser fácilmente desechado como el trabajo de funcionarios celosos del Vaticano. Pero la aprobación de este texto por parte del Papa es una gran decepción para muchas personas-lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y heterosexuales- que ofrecieron mayores esperanzas a este pontífice que había hecho tanto para abrir la discusión de la iglesia sobre asuntos de orientación sexual y identidad de género”, subraya Francisco DeBernardo en el comunicado.
Por su parte, Marianne Duddy-Burke, de DignityUSA (Dignidad Estados Unidos), un colectivo católico que defiende los derechos LGBT, dijo que el decreto es “extremadamente decepcionante”, considerándolo un “gran insulto” a los homosexuales que sirven como sacerdotes católicos.
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