UNESCO trata de minimizar el golpe de quitarle el Muro de los Lamentos al judaísmo (Fotos exclusivas)

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Muro de los Lamentos (Foto Vicky Vivas, ICN Diario, Jerusalén)
Muro de los Lamentos (Foto Vicky Vivas, ICN Diario, Jerusalén)
Irina Bokova, Directora General de la Unesco ha salido al cruce de las críticas ante la resolución de esta entidad que por propuesta de Palestina y apoyada por las naciones árabes, ha resuelto que el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos, sea lugar único del islam. El premier israelí Benjamin Netanyahu ha denunciado que, con esta decisión, la Unesco “perdió la poca legitimidad que le quedaba”.
El Consejo Ejecutivo de la Unesco, integrado por 58 países, emitió este jueves una resolución en la que se niega todo vínculo entre el judaísmo y el Muro de los Lamentos, ubicado dentro del Monte del Templo de Jerusalén, limitándose a considerarlo un lugar de culto musulmán.
La directora de la Unesco ha explicado este viernes “Como ya he dicho en muchas ocasiones, y más recientemente durante la 40ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial, Jerusalén es la ciudad sagrada de las tres religiones monoteístas – judaísmo, el cristianismo y el Islam. Es en reconocimiento de esta diversidad excepcional, y esta coexistencia cultural y religiosa, que fue inscrito en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO”.
El resto de su mensaje expresa:
“La herencia de Jerusalén es indivisible, y cada una de sus comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su relación con la ciudad. Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones judías, cristianas o musulmanas socava la integridad del lugar, y va en contra de las razones que justificaron su inscripción en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
“En ninguna parte más que en Jerusalén hacen herencia judía, cristiana y musulmana y las tradiciones comparten espacio y se entretejen hasta el punto que se apoyan mutuamente. Estas tradiciones culturales y espirituales se basan en textos y referencias, conocidos por todos, que son una parte intrínseca de la identidad y la historia de los pueblos. En la Torá, Jerusalén es la capital del rey David, donde Salomón construyó el templo y colocó el Arca de la Alianza. En la Biblia, Jerusalén es la ciudad de la pasión y resurrección de Jesucristo. En el Corán, Jerusalén es el tercer lugar más sagrado del Islam, Mahoma, donde llegó después de su viaje nocturno de Al Haram MOSQ (Meca) a Al Aqsa.
“En este microcosmos de la diversidad espiritual de la humanidad, los diferentes pueblos adoran a los mismos lugares, a veces bajo diferentes nombres. El reconocimiento, el uso y el respeto de estos nombres es de suma importancia. El Al Aqsa / Al-Haram al-Sharif, el santuario sagrado de los musulmanes, es también el Har HaBait – o Monte del Templo – cuya pared occidental es el lugar más sagrado del judaísmo, a pocos pasos de la Santa Sepulcro y el monte de aceitunas venerados por los cristianos.
“El valor universal excepcional de la ciudad, y la razón por la que fue inscrita en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO, se encuentra en esta síntesis, que es un recurso para el diálogo y no la confrontación. Tenemos una responsabilidad colectiva para fortalecer esta coexistencia cultural y religiosa, por el poder de los actos y también por el poder de las palabras. Este requisito es más fuerte que nunca, para salvar las divisiones que dañan el carácter multi-religiosa de la ciudad vieja.
“Cuando estas divisiones transportan en la UNESCO, una organización dedicada al diálogo y la paz, que nos impiden llevar a cabo nuestra misión. responsabilidad de la UNESCO es fomentar este espíritu de tolerancia y respeto por la historia, y esto es mi determinación absoluta diaria como Director General, con todos los Estados miembros. Estoy comprometido con este bajo todas las circunstancias, porque esta es nuestra razón de ser – recordar que somos una sola humanidad y que la tolerancia es el único camino a seguir en un mundo de diversidad”.
Imágenes del Muro de los Lamentos
Fotos de Vicky Vivas- ICN Diario, Jerusalén
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1 Comentario

  1. Desde siempre Jerusalén fue y es la Capital de Israel. Nunca fue capital de otra nación. No es porque lo diga yo, es un hecho. Quienes cambiaron el nombre a Israel y a su capital fueron los invasores extranjeros. Recuperada la Independencia, el país volvió a tener su nombre y su capital original. Es algo muy simple y claro, si es que quiere entenderse.

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