
El acuerdo, aprobado durante la reunión del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington D.C., también exhorta a los gobiernos de la región a avanzar hacia la igualdad de acceso a los servicios sanitarios entre migrantes y población autóctona.
Además, destaca los peligros a los que se enfrentan estas personas tanto durante el tránsito como en los lugares de destino, ya que pueden ser víctimas de lesiones laborales, abusos sexuales o violencia, agravados por el limitado o nulo acceso a servicios sociales o de salud.
Entre otras medidas, el documento pugna por el fortalecimiento de los servicios sanitarios para esas personas en el ámbito nacional de cada país y en las zonas fronterizas.
También pide que se tengan en cuenta cuestiones de ámbito, cultural, religiosas o de género en el momento de otorgar la atención sanitaria.
Se calcula que en el continente americano hay más de 61 millones de migrantes. El 85% de ellos se reparte entre Estados Unidos y Canadá y el 15% restante reside en América Latina y el Caribe.









