
El reloj marcaba la 1:30 de la tarde. El diputado Enrique Márquez (Unidad-Zulia), primer vicepresidente del Parlamento, ejercía su derecho de palabras cuando sonó un estruendo en los jardines del Palacio Federal Legislativo. Seguidamente la entrada hacia el Hemiciclo de Sesiones se llenó de personas ajenas a la actividad. Los agresores ingresaron empujando y golpeando todo lo que conseguían a su paso. Vestían franelas alusivas al fallecido presidente Hugo Chávez, portaban banderas de 7 colores, de Venezuela, del PSUV y de otras agrupaciones políticas que apoyan al llamado proceso revolucionario. No conforme gritaban ¡Viva Chávez! y ¡Esta Asamblea va a caer!.
Alguno de los sujetos lograron subir al palco de prensa, lugar que este domingo estaba repleto no solo de profesionales de la comunicación sino de asistentes parlamentarios y gente cercana e invitada por los distintos partidos políticos que conforman la Mesa de la Unidad.
Osmary Hernández, corresponsal de CNN en Venezuela, entre otros profesionales de los medios de comunicación, fueron amenazados por los sujetos violentos y encapuchados, quienes intentaron despojar de micrófonos y teléfonos a varios periodistas, camarógrafos y asistentes. Abajo, en plena Cámara, los diputados intentaban evitar enfrentamientos e incluso, hechos que lamentar debido a que varios de los sujetos que irrumpieron en el lugar tenían armas de fuego y botellas.
El presidente de la Cámara, diputado Henry Ramos Allup (Unidad-Dtto. Capital), observaba pasivamente desde la silla que le corresponde como director de debates, lo que estaba ocurriendo. Cuando lo creyó conveniente tomó el micrófono y dijo: “Llamo al orden, esto se lo habíamos advertido a la Bancada del Gobierno, le habíamos informado que grupos violentos estaban intentando romper las rejas de afuera y entrar por la fuerza al Palacio y aquí está, ocurrió”.
Agregó el parlamentario: “Llamo nuevamente al orden, esos grupos extraños tienen que abandonar el Hemiciclo de Sesiones. A todas luces esa es una actitud delictiva”.
Ya los funcionarios de seguridad de la Asamblea Nacional hacían lo que corresponde en este tipo de sucesos: comenzaron a desalojar a los violentos. Los presentes, casi todos en pánico, daban gracias a Dios de que nadie accionó un arma de fuego o lanzó una botella. El presidente Ramos Allup tomó de nuevo el micrófono y pidió a los invitados que desalojaran los palcos. Evidentemente pidió a los periodistas permanecer en el lugar. Los invitados fueron saliendo del lugar progresivamente. Casi todos fueron resguardados en el Salón Protocolar.
Mediación de Jorge Rodríguez, el Alcalde
Los violentos llegaron acompañados por el diputado Hugbel Roa, del PSUV, quien hace días cobró notoriedad en los medios de comunicación y en las redes sociales porque se atrevió a insultar y descalificar al Cardenal Baltazar Porras.
Lo curioso es que a sus espaladas venía, casi desesperado, el Alcalde del Municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien se encargó de calmar los ánimos e invitar a sus seguidores a desalojar el recinto parlamentario. Como buen psiquiatra logró persuadir a los violentos y logró que éstos abandonaran progresivamente las instalaciones del Parlamento.
El diputado Héctor Rodríguez, jefe de la Bancada de la Patria, subió hasta el palco donde se encontraban los periodistas y pidió a los seguidores del gobierno deponer su actitud violenta y a desalojar el lugar. Su mediación fue fundamental y también logró su cometido.
Un diputado de la Unidad, quién tiene varios años de experiencia en el asunto parlamentario, alcanzó a decir: “A todas luces este es un enfrentamiento entre los grupos oficialistas. Todos sabemos quién mandó a los violentos, lo que nunca nos imaginamos es que el propio Alcalde Jorge Rodríguez, en persona, viniera a disuadir a sus propios malandros”.









