El PSOE navega en un mar de dudas, no tiene un capitán que resuelva la ruta en la debe encaminarse. Todos opinan y nadie resuelve.
Miquel Iceta del PS de Cataluña, aparece con una trasnochada idea de apoyar a otro candidato del Partido Popular o a un independiente si Rajoy no logra la investidura, pero no consigue el consenso entre los barones regionales socialistas, que tampoco se plantan firmes ante los fracasos que viene acumulando Pedro Sánchez desde las elecciones de diciembre de 2015, con tan solo 90 escaños y que cayó en los comicios de junio pasado a 85 diputados.
Nadie parece tomar en cuenta al votante socialista que no vota al partido, porque no ve en Sánchez al candidato que la formación requiere.
Sobre la propuesta de Iceta, Francina Armengol, presidenta socialista de Baleares señala “El no del PSOE es al PP y no solo a Rajoy” y pide que si el candidato popular no lo consigue, que Sánchez vuelva a intentar presidir el gobierno de España. No importa para ella que los votantes no lo quieran.
Pero está claro- sobre la base de los escasos votos recibidos en dos comicios consecutivos- que Pedro Sánchez no es el líder que quieren los votantes del PSOE, lo demuestran las cifras y eso es inapelable.
¿Entonces por qué insistir con el político que ha llevado al partido socialista a los mayores fracasos desde el regreso a la democracia en España?. Es contradictorio.
En las dos elecciones generales, el PSOE ha tropezado dos veces con la misma piedra y no reacciona y parece ir en busca de una tercera caída sin atenuantes.
Ni siquiera se detienen a pensar en el castigo de llevar -con su intransigencia- al país a unas terceras elecciones. La ambición personal de Sánchez puede llevar a a los socialistas a otra debacle. La gente está cansada y el castigo en las urnas, puede ser ejemplarizante.
Opinión
