El presidente del gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han anunciado que no concurrirán al partido entre el Atlético de Madrid y el Barça que se disputará en la capital madrileña este domingo, ante la prohibición de concurrir con banderas esteladas que puedan generar actos violentos entre los espectadores.
La medida se debe a la aplicación del artículo 2.1 de la Ley del Deporte, que prohíbe “la exhibición en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte organizados para acudir a los mismos de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o se utilicen de alguna forma inciten, fomenten o ayuden a la realización de comportamientos violentos o terroristas, o constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo”.
Sin considerar que la final de la Copa del Rey es un evento deportivo y no político, que puede generar enfrentamientos entre los aficionados, la alcaldesa radical de Barcelona ha escrito en su Twitter que “La prohibición de esteladas en la Copa del Rey es un inaceptable atentado a la libertad de expresión. El gobierno del PP debe rectificar”.
El presidente de Cataluña, el independentista Carles Puigdemont, incentivando aún más la provocación y el posible enfrentamiento entre el público asistente, ha dicho, que la bandera estelada es “perfectamente legal y democrática” y es una bandera “sostenida en las manos de millones de catalanes” que ven en ella “un símbolo de libertad”.
Opinión
