Equipo de Política de ICN Diario
Las situaciones son bastante similares: el parlamento de Paraguay removió al presidente Fernando Lugo, utilizando las leyes y los artículos de la Constitución de ese país que le otorgaban esas facultades. En Brasil los diputados y los senadores amparándose con lo que estipula la Constitución, habilitaron el proceso de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, que ahora debe apartarse del cargo por 180 días, mientras se decide su futuro político.
Los bloques regionales-Mercosur y Unasur- en el caso de Paraguay, no vacilaron en aplicar sanciones a este país por destituir a Lugo, a pesar que la remoción estaba amparada por la Carta Magna. Le quitaron todo el derecho de voz y voto y le suspendieron toda la participación en las reuniones o cumbres de estas organizaciones.
Mercosur y Unasur, que guardan silencio ante el avasallamiento a la democracia y a los derechos humanos que ejerce el régimen de Venezuela, al que todo le justifican, sin pensar un instante en el sufrimiento que provoca un presidente como Maduro al pueblo, pisoteando la democracia en todos los sentidos; ¿se atreverá ahora a sancionar a Brasil?.
Si los dos bloques regionales no se atreven a sancionar al régimen chavista, que ha dado un golpe de Estado al no acatar las resoluciones legítimas de la Asamblea Nacional y obliga en forma antidemocrática al obsecuente Tribunal Supremo de Justicia a violar la Constitución- con fallos inventados- menos deberían involucrarse en lo que decidan el Congreso y el Senado de Brasil.
El juicio político a la mandataria, estará presidido por el titular del Poder Judicial con todas las garantías constitucionales para que pueda ejercer su defensa.
Brasil no es Paraguay y aquí se cotejan los poderíos entre uno y otro: Sancionar al pequeño era fácil, pero acometer contra el gigante del Sur es otra cosa y en el Mercosur y la Unasur lo saben…no son tontos y tampoco democráticos.
Opinión
