
La presidenta ultrachavista del Tribunal Supremo, Gladys Gutiérrez Alvarado, luego de recibir la orden de Maduro, trabajó junto a los magistrados para “interpretar” a su manera la Constitución y según analistas torcerla a su antojo.
Sin ningún pudor, el Tribunal reconoce en su nota que la anulación se realiza ante el “Requerimiento que le fue solicitado por el Presidente de la República, ciudadano Nicolás Maduro Moros, mediante escrito consignado con fecha 17/03/2016”.
Con frases pretendidamente jurídicas el Tribunal expresa en su anulación que “Con la pretendida reforma, la Asamblea Nacional incurrió en desviación de poder, al perseguir fines distintos de los constitucionalmente permitidos, por cuanto se develó que el objetivo buscado es tomar el control administrativo del instituto emisor”, dice el fallo, sin aclarar porque llega a esa conclusión.
Pero la resolución del organismo, deja en claro la precariedad de su fallo ya que la Asamblea Nacional le negó a Maduro la posibilidad de validar el decreto de Emergencia Económica y como de costumbre el Tribunal chavista, carente de independencia, le pasó por encima al Poder Legislativo y validó inconstitucionalmente por dos veces el decreto ilegal.
La explicación del Tribunal agrega: “resulta más gravosa cuando se pretende hacer nugatoria las atribuciones del Ejecutivo Nacional en el contexto de una emergencia económica válidamente decretada”.
El presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Ramos Allup dijo en Twitter: “Bufete inconstitucional malandro reunido emergencia hasta madrugada preparando anular ley bcv y amnistía(ya aprobadas AN)” y luego agregó: “Al anular el TSJ la reforma de la ley del BCV habrá más inflación y más desabastecimiento. Gobierno y TSJ cómplices delitos que destruyen a Venezuela”.
Por su parte el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, dijo que “El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), o lo que hace sus veces en este país, emitió una sentencia insólita” y puntualizó “al transformar el BCV en una oficina de complacencias para Miraflores (palacio presidencial)”, se “volvió leña” la economía de Venezuela “y se disparó la inflación”, que hoy en día figura como la más alta del mundo al cerrar 2015 en 180,9 por ciento.









