El temor inocultable de Lula es que la causa en su contra ha vuelto al juzgado del juez Sergio Moro, el magistrado que no acepta presiones del gobierno de Dilma y ha presentado serias acusaciones de actos de corrupción que habría realizado el expresidente Lula da Silva, durante el ejercicio de su mandato en el caso “Autolavado”, de la empresa estatal Petrobras.
El ministro Gilmar Mendes, del Supremo Tribunal Federal (STF) decidió este viernes (18) suspender la toma de posesión del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro jefe de la Casa Civil. Mendes acogió una medida cautelar presentada por dos partidos opositores –el Partido Popular Socialista (PPS) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)–, que se suma a otras 12 acciones judiciales que llegaron a la Corte Suprema el jueves (17) cuestionando el nombramiento de Lula.
En su fallo, Gilmar Mendes argumentó que el nombramiento de Lula como ministro tuvo por objetivo dejarle sin competencia al juez federal Sérgio Moro, que investiga al expresidente en el marco de la Operación Autolavado. La asunción de Lula a un cargo público, en las circunstancias descritas, podría configurar un fraude a la Constitución”. Asimismo, el magistrado decidió que los procesos que involucran a Lula deben continuar a cargo del juez Sérgio Moro, que tiene su despacho en la ciudad de Curitiba (sur de Brasil).
Sergio Moro es ya para los brasileños una especie de héroe nacional, por investigar y sacar a la luz los actos de corrupción en Petrobras, que le han costado al país millones de dólares en pérdidas.
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