Miguel Pastorino: una entrevista esclarecedora para comprender que es el 'Estado Islámico'

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Los tentáculos del Estado Islámico no tienen fronteras. En España: detienen a hombre que captaba a niñas para enviar al Estado Islámico
Los tentáculos del Estado Islámico no tienen fronteras. En España detienen a yihadista que captaba a niñas para enviar al Estado Islámico

Ante los terribles atentados en Bruselas y la asumida autoría del autoproclamado “Estado Islámico”, solemos confundir indistintamente el mundo islámico, con el fundamentalismo y el terrorismo. ¿Cuáles son los orígenes y la ideología del llamado “Estado Islámico”? ¿Fundamentalismo y terrorismo religioso son la misma cosa? Para responder a estas y otras preguntas, entrevistamos a Miguel Pastorino, docente de filosofía y ciencias de la religión y analista de ICN Diario, quien el próximo mes dictará un seminario sobre el tema en Montevideo.
Miguel Pastorino en entrevista con ICN Diario
Miguel Pastorino en entrevista con ICN Diario
-¿Qué es el fundamentalismo? ¿Cómo se originó?
El fundamentalismo propiamente tiene un origen protestante, a comienzos del siglo XX y no tiene nada que ver con el terrorismo, ni es de origen musulmán. El uso del término ha ido cambiando. Popularmente se usan como sinónimos fascista, terrorista, ultraconservador y fundamentalista, pero son todas realidades distintas. El fundamentalismo surge como reacción ante las teologías modernistas que hacían una interpretación demasiado racionalista de la Biblia y en su contra surgieron posturas teológicas que tomaban al pie de la letra los textos bíblicos, especialmente proclamando como intocables ciertas verdades de la fe. Con el pasar de los años, la mayoría de estos grupos se afianzaron en una lectura literalista de la Biblia -al pie de la letra- y en clara oposición a cualquier análisis hermenéutico. Al mismo tiempo se aliaron a posturas más conservadoras, especialmente en cuestiones morales. Esto generó hasta nuestros días, una reduccionista asociación entre la moral conservadora y el fundamentalismo religioso.
Gilles Kepel en su obra sobre el fundamentalismo, desde una mirada sociopolítica identifica un giro político con el ascenso de grupos conservadores con apoyo religioso en cargos políticos. Pensemos en la presidencia de Reagan en 1980, con apoyo de fundamentalistas protestantes, o en el Irán de Jomeini, o en un Estado de Israel donde pierde el partido laborista y crecen los grupos ultraconservadores. Y todo esto a finales de los años 70 y comienzos de los 80. Kepel ve en esta época un cambio en las relaciones entre religión y política, donde el fundamentalismo es el protagonista detrás de los sectores políticos que ganan más adeptos. Habría que agregar otros fundamentalismos también, como los de origen hindú o budista. El movimiento nacionalista hindú es un caso de fundamentalismo que ha cobrado muchas vidas en la India y masacrado a minorías de musulmanes y cristianos. Es por toda esta evolución histórica que actualmente usamos el término “fundamentalismo” para una misma postura fanática y ciega que se da en las distintas religiones e ideologías, en la mayoría de los casos con pretensiones de hegemonía política. En los últimos años presenciamos también un crecimiento de la participación política del fundamentalismo evangélico en América Latina.
-¿Y el fundamentalismo islámico? ¿Son todos terroristas?
No. En el Islam hay fundamentalismo como en las demás religiones, aunque ellos no usen esa palabra. Sin embargo, no todos los fundamentalistas son terroristas, sino musulmanes muy piadosos, aunque bastante cerrados y no pocas veces, fanáticos con su fe como cualquier fundamentalista. Pero son una minoría, claramente.
Es decir que la mayoría del Islam no es fundamentalista, y la mayoría del fundamentalismo no es terrorista. El terrorismo del “Estado Islámico” es algo totalmente despreciado por el todo el Islam, desde los más críticos hasta los fundamentalistas.
No olvidemos que los musulmanes en el mundo son más de 1.600 millones. Obviamente es la segunda religión más grande del mundo y no debemos estigmatizar a millones de creyentes confundiéndolos con unos pocos terroristas.
A pesar de sus múltiples divisiones internas y diferencias en escuelas de interpretación del Corán, solo una línea de interpretación ha sido el germen de los grupos que han llevado la Yihad al terrorismo demencial, masacrando a su propia gente, sin importar si son musulmanes o cristianos.
Los voceros del autoproclamado “Estado Islámico” -expresión que los musulmanes no aceptan para los terroristas-, consideran que todos los musulmanes deben someterse a ellos, afirmando que sus leyes son de origen divino. Masacran a las minorías religiosas y todo lo destruyen a su paso, sembrando terror y violencia, sin otro objetivo que inspirar miedo y sumisión. Persiguen tanto a chiitas como a sunitas tradicionales. De modo sectario y fanático, ellos se autoproclaman el auténtico Islam.
-¿Cómo surge el grupo “Estado Islámico” dentro del Islam?
El grupo tiene sus raíces religiosas en la ideología wahabita, a la que sus seguidores llaman “salafismo”, que predica una pretendida vuelta al Islam originario, aludiendo a la degeneración del islam contemporáneo. Para ellos la mayoría del islam es apóstata y herético, por lo cual es necesaria una “purificación”. Si bien la ideología wahabita surge en la Arabia del siglo XVIII, los grupos neo-wahabitas surgen en Irak después del 2003.
En varias religiones han existido intentos de reforma y purificación hacia los orígenes idealizados, tanto en el cristianismo como en el budismo.
Esta corriente claramente fundamentalista, es actualmente solo un 3% del islam y es rechazada y criticada tanto por chiitas como por sunitas.
-¿Entonces estos terroristas son wahabitas?
No exactamente. Existe ahora lo que algunos llaman un neo-wahabismo, que se pretende más puro que los wahabitas, y declaran heterodoxo a todos los demás. Este neo-wahabismo, de un fundamentalismo más radical, lo encontramos en Al Qaeda y en el llamado “Estado Islámico”.
Algunos teólogos musulmanes afirman que para entender este fenómeno hay que compararlo con las guerras de religión en la Europa de los siglos XVI y XVII. Imaginemos esa mentalidad pero con la capacidad de destrucción de las armas actuales. Es normal que asuste. Un senador uruguayo, Pablo Mieres, en un programa de televisión reciente, hizo una acertada analogía entre el “Estado Islámico” y el nazismo. Claramente no les interesa negociar con nadie, sino imponer sus ideas e infundir terror. Consideran que quien esté en su contra, está en contra de Dios. Reclutan mucha gente entre nuevos conversos y jóvenes a quienes se les hace sentir protagonistas de una verdadera revolución político-religiosa en el mundo. Estos terroristas son en realidad una secta minoritaria dentro del islam, pero con un gran poder de desestabilizar los territorios donde se instalan.
-¿Cómo es la historia de su organización? ¿Es lo mismo ISIS que el Estado Islámico?
No. Ha ido mutando el fenómeno. Abu Musab al-Zarqawi, un jordano que creó el grupo radical “Tawhid wa al-Jihad”, fundó también Al Qaeda, la organización terrorista de mayor fuerza durante la ocupación norteamericana en Irak. Cuando muere este líder, en el 2006, Al Qaeda creó una organización alternativa llamada “Estado Islámico de Irak”, liderado a partir del 2010 por Abu Bakr al-Baghdadi, quien en 2013 se une a la rebelión contra el presidente sirio, Bashar al Asad. Pero es recién en abril de ese mismo año, cuando Abu Bakr al-Baghdadi fusiona su ejército en Irak y Siria y les da el nombre de “Estado Islámico de Irak y el Levante”, conocido por su sigla en inglés como ISIS.
Cuando ya en el 2014 habían tomado las ciudades iraquíes de Faluya y Mosul, aprovechando la crisis política de Irak, vuelven a cambiar el nombre, creando un supuesto “califato” y cambiando el nombre al de “Estado Islámico” (E.I.).
-¿Es similar al fenómeno de las sectas que conocemos en Occidente?
Si, bastante similar. Estoy seguro que los jóvenes reclutados, sean europeos, árabes o africanos, son personas con un alto índice de frustración importante en su vida y propensos al fanatismo. A esto hay que agregarle el “lavado de cerebro” al que son sometidos por sus líderes que operan como padre sustitutos y líderes autoritarios. He estudiado el fenómeno de las sectas durante veinte años y todo lo que leo sobre el “Estado Islámico” parece un caso para un manual sobre sectas destructivas. Incluso en occidente las sectas siempre han surgido en los contextos de graves crisis sociales, económicas y culturales. Algo similar pasó en Irak y Siria, que después de años de estabilidad, fueron sumergidos en una crisis devastadora, en la que muchos jóvenes fueron tierra fértil de la prédica fundamentalista.
-¿Qué diferencias encuentra entre Al Qaeda y el Estado Islámico?
Al Qaeda entiende la yihad como algo exclusivamente militar y no les interesa gobernar un territorio puntual, sino que se autodefinen como una red de combatientes nómades y su violencia es un medio para alcanzar otros fines e intereses. En cambio, en el “Estado Islámico” la violencia es un fin en sí mismo, sembrando terror a su paso. De hecho, cuando secuestran rehenes no es para negociar nada, sino para terminar torturándolos y ejecutándolos de la manera más aberrante. Entienden la yihad como conquista de territorios, gobierno totalitario y explotación de todos los recursos disponibles. Al Qaeda selecciona de modo muy exigente a sus reclutas, en cambio el E.I. contrata a cualquier persona motivada con participar. Su visión del resto del mundo se basa en el hecho de que los no creyentes quieren destruir su religión, justificando de esa forma su violencia contra otros musulmanes y no musulmanes. Las crucifixiones, decapitaciones y asesinatos en masa lo usan solo para generar terror y más terror.
-¿Por qué es tan difícil combatirlo?
En realidad el problema no es solamente el modo en que occidente combate el terrorismo de E.I., sino que en la misma zona hay demasiadas divisiones e intereses distintos, junto a las rivalidades sociopolíticas y religiosas que no ayudan a una clara unidad en la lucha contra E.I. Según el reciente análisis de Hicham Alaoui en Le monde diplomatique, a muchos les sirve lo que hace el Estado Islámico: Siria lo usa para tapar sus propias atrocidades, Arabia Saudita para intensificar el combate ideológico contra los chiitas, Irán para dividir el campo sunnita y Turquía para combatir a los Kurdos. Según otros analistas Rusia y Estados Unidos con intereses diferentes y sus propias alianzas, no combaten tampoco el problema del mismo modo. Hay demasiados conflictos y se cruzan intereses muy diversos, lo cual hace muy compleja una solución coordinada.
-¿Qué opinión le merecen los recientes atentados en Bruselas?
Sin dudas que es algo terrible. Es sabido que las detonaciones se realizaron cuatro días después de que fuera arrestado en Bruselas Salah Abbdeslam, sospechoso de los ataques recientes en Paris. Quien realiza el ataque pretende dejar claro que nadie está a salvo de su poder “purificador”.
Es preocupante el círculo vicioso que se da en los barrios marginales donde hay muchas comunidades musulmanes. Allí crecen como hongos los posibles terroristas, mientras que esa población sufre cada vez más discriminación y maltrato por la creciente islamofobia. Eso es lo que pasa también en París. La situación de vulnerabilidad y frustración social es un caldo de cultivo para reclutar jóvenes en bandos radicales. No es novedad que los predicadores fundamentalistas del neo-wahabismo buscan adeptos en esos barrios.
Un experto belga en yihadismo, afirmó que esperaban un ataque, pero no de esta magnitud. Es preciso comprender que el problema no es la religión, ni el islam. La mayor parte de las víctimas del terrorismo del E.I. son poblaciones árabes, musulmanes y cristianas. La masacre cotidiana que viven estas miles de personas no son noticia como los atentados en Europa, y esto también es algo que deberíamos atender en forma urgente y no permanecer indiferentes.
Perfil:
Miguel Pastorino es docente de Filosofía y Ciencias de la Religión en Montevideo (Uruguay).
Es miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y conductor del programa periodístico “Bajo la lupa” en Radio el Espectador (www.espectador.com/bajolalupa).
Aquí se puede escuchar la columna editorial de Miguel Pastorino sobre el fundamentalismo el pasado miércoles 16 de marzo:
http://www.espectador.com/cultura/332875/vivimos-en-una-sociedad-que-tiende-al-fundamentalismo
Twitter: @MiguelPastorino

3 Comentarios

  1. Quizás porque no fueron 100 millones, y no fue por “cristianizarlos”, y que esa afirmación forma parte de la Leyenda Negra española que creó Inglaterra.

  2. Me gustaria que Pastorino se explayara sobre la muerte de los 100.000.000 de indigenas que produjo la invasion de America, por los cristianos, segun decian, para “cristianizarlos”, ese es un holocausto del que nunca se habla…

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