La visión sesgada de Rafael Correa sobre lo que ocurre con la izquierda en la región

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Rafael Correa (Foto Andes)
Rafael Correa (Foto Andes)
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, integrante del club ideológico que venía dominando la política de varios países de América Latina, tiene -como es su costumbre- una visión sesgada de la realidad y del sentido real de la democracia que ha terminado siendo atropellada en varios de esos países por los gobiernos populistas de turno.
Con su reconocida tenacidad de interpretar los hechos que ocurren en la región a su manera, Correa cree que una de las estrategias que utilizan los sectores de derecha es “desprestigiar a los líderes de izquierda” para poner fin a los procesos de cambio que se han llevado adelante en América Latina en los últimos años, según consigna un cable de la agencia Andes.
Correa cree que los últimos acontecimientos ocurridos en Brasil, con la detención del expresidente Luis Ignacio Lula Da Silva, por su presunta implicación en un caso de corrupción con la empresa Odebrecht y en Petrobras, únicamente han servido para “destrozar su reputación”.
El mandatario cuestionó que la detención se haya dado precisamente después de que Lula da Silva anunciara que será candidato en las próximas elecciones en ese país. “Todo es una estrategia para destrozar la reputación, es la judicialización de la política, como en Brasil tienen todo en contra”, dijo, refiriéndose a la minoría en el Congreso, y a un fiscal que “es enemigo del gobierno”.
Además, recordó que en años anteriores ya se aplicó una estrategia similar con la expresidenta de Argentina Cristina Fernández, con el presidente de Bolivia Evo Morales, e incluso con el mismo Rafael Correa, cuando en la última campaña electoral se posicionó la idea de dos supuestas cuentas bancarias en Suiza.
A Correa no le importa si cometieron delitos, son sus amigos
Al presidente ecuatoriano le encanta ponerse en víctima y para él el Poder Judicial no debería existir, si no falla a favor de los gobiernos de sus amigos.
Para Correa que el vicepresidente argentino Amado Boudou, haya sido procesado por diversos delitos comprobados, no importa; que Cristina Kirchner sea investigada por el caso de Hotesur y sus negocios hoteleros y que se profundice en el caso del fiscal Nisman que la tendría como encubridora de un pacto con Irán por el atentado a la AMIA, es acoso de la Justicia. Ni siquiera le importa que la exmandataria argentina recibiera con los brazos abiertos a la norteamericana Chevron, a pesar de sus advertencias.
Que haya sido el pueblo boliviano que votó democráticamente en un referéndum para impedir que Evo Morales se eternizara en el poder, no es válido para el intolerante presidente de Ecuador.
Que la corrupción descubierta en el tráfico de influencias en el gobierno de Bolivia, con la participación de la expareja de Evo Morales, es una estrategia de la derecha, aunque la mujer ya esté presa por defraudar al Estado.
Para Correa, Lula es un corderito inocente, a pesar de que hay pruebas de su participación y la de Dilma en el caso Petrobras. Entre otros, el senador Delcídio do Amaral líder del oficialista partido de gobierno, ha declarado que la presidenta y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva tenían conocimiento de las corruptelas en Petrobras.
Dijo Correa: “Hay que reflexionar muy fuertemente eso, lo que se hizo con Lula es atentado a los derechos humanos, ustedes creen que Lula va a huir si lo llaman a declarar, pero fueron a inspeccionar su casa, lo llevaron detenido y todo eso era para humillarlo, para desprestigiarlo, es parte de la persecución de las estructuras de la vieja América Latina, contra los líderes de la izquierda”, quiso explicar, sin aclarar que Lula se creía por encima de la Justicia y se negaba a ir a declarar personalmente, quería hacerlo sólo por escrito.
Para Correa la Justicia es la corrupta…no sus compañeros del club ideológico.
Sobre la defensa a Nicolás Maduro ni vale hablar; no le importa que el pueblo venezolano diera su veredicto inapelable en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Defiende al sátrapa intolerante que a cada minuto viola la Constitución amparado por un Poder Judicial servil y obsecuente. Un Poder Judicial arrodillado que a Correa le gustaría tener a su servicio en Ecuador.
Si algunos de los mandatarios no cometieron delitos…¿A qué le temen? Si son inocentes saldrán fortalecidos frente a la ciudadanía.