Titiriteros libres: ¿quién defiende los derechos de los niños?

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Los presuntos artistas salen en libertad
Los presuntos artistas salen en libertad
El juez de la Audiencia Nacional de España, Ismael Moreno, ha dictado ya el auto de libertad para los dos titiriteros antisistema que representaron un espectáculo que en definitiva atentaba contra la formación de niños en una etapa de vida donde se debe prestar especial cuidado; algo que los propios actores ni el ayuntamiento de Madrid han tenido en cuenta. Eso es lo que debe observarse en primer lugar.
En su afán por trascender a cualquier precio, los titiriteros presentaron en carnaval para”todo público”, una obra denigrante, con escenas de sexo aberrante, insultos y muertes que terminaron escandalizando incluso a la izquierdista alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena que calificó la pieza de “deleznable”.
Los “rebeldes de siempre”, Pablo Iglesias, Ada Colau, entre otros salieron a defender lo indefendible pidiendo la libertad de los dos actores que en realidad estaban atentando contra los niños que fueron a ver la pieza de los antisistema.
Los dos manipuladores son tan responsables como el ayuntamiento de no anunciar antes de la función que lo que iban a ver no era para niños. Primó el ego artístico y el comercial en los presuntos actores y no me refiero al cartel que mencionaba a ETA.
Ninguno de ellos en su totalitarismo, se detuvo al menos un instante, a pensar en el daño que se provocaba a los menores. Todo demasiado político y oportunista. Lo lógico era que alguno de los dos “manipuladores”, se acercara a los padres allí presentes con sus hijos y les advirtieran sobre lo que iban a ver, pero no lo hicieron.
El magistrado recuerda que la libertad de expresión no puede ofrecer cobertura al denominado ‘discurso del odio’, que supone una incitación directa a la violencia, y advierte de que las escenas que los titiriteros representaron públicamente “constituyen a priori un modo de fomentar, promover o incitar al odio, hostilidad o violencia contra un determinado grupo de personas”.
Entonces recibirles como héroes a la salida de la cárcel, es tan impresentable como la obra que representaron