
En 2014, el tribunal inició sus actividades con el grito de “Chávez vive, la lucha sigue”. En su discurso la magistrada Deyanira Nieves, jubilada en diciembre pasado, afirmó sin titubeos: “Hugo Rafael Chávez Frías, el más importante líder de nuestra historia contemporánea, nos señaló el camino que de manera inexorable estábamos destinados a recorrer hasta llegar a concretar el rescate de la patria”.
Para el abogado constitucionalista Antonio Canova, director de la ONG un Estado de Derecho, las afirmaciones de los magistrados revelan la forma cómo ha actuado el TSJ en los últimos años. “El Tribunal Supremo ha sido un instrumento político, un brazo ejecutor del gobierno; se conduce como un ministerio”, afirmó.
Canova resaltó que desde 2005 no existe sentencia en la que un ciudadano ganara un juicio en el que estuviera involucrado el Ejecutivo o algún funcionario. El abogado, coautor del libro El TSJ al servicio de la revolución, refirió un patrón que considera recurrente: a la declaración o señalamiento del jefe del Estado o algún importante vocero del gobierno, sigue una decisión o pronunciamiento judicial.
Esto lo ratifica José Peña Solís, ex presidente de la Sala Electoral. Señaló que las afirmaciones que revelan la intromisión del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial son públicas y notorias. ³Este tipo de procedimientos afecta la credibilidad y confianza en el TSJ, en el poder que es árbitro de las controversias. Muchas de las decisiones de la Sala Constitucional son una desviación de la Carta Magna y tienen una prevalencia del factor político.
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