“Los problemas son venezolanos y están siendo resueltos por ellos y sus instituciones”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, en una entrevista el jueves (14), después de reunirse con la nueva ministra de Relaciones Exteriores de Argentina Susana Malcorra. Según él, en este tema no había “acuerdo total” entre los dos ministros.
“Estamos siguiendo de cerca y con gran interés la situación en Venezuela”, dijo Malcorra, y agregó que en ese momento, la discusión entre los venezolanos poderes es un asunto “interno” y un proceso continuo. “Estamos seguros de que, al igual que sucedió en las elecciones legislativas (diciembre), la voluntad del pueblo será acatada por todos y el gobierno”, dijo Vieira.
Este fue el cuarto encuentro entre Vieira y Malcorra desde que asumió el presidente argentino, Mauricio Macri, el 10 de diciembre. Sin embargo, fue la primera reunión formal entre los dos sin la presencia de los jefes de Estado. En la agenda, el tema principal fue el relanzamiento del Mercosur (bloque regional integrado también por Uruguay, Paraguay y Venezuela, creado hace exactamente 25 años) y la reanudación de los proyectos bilaterales en diversas áreas, incluida la defensa.
Según Vieira, Brasil y Argentina tienen un interés en la producción de aviones militares KC-390 – diseñado por la Fuerza Aérea Brasileña y fabricado por Embraer, con la participación de Argentina, entre otros países de Europa.
La cláusula democrática del Mercosur
Durante la campaña electoral, Macri propuso invocar la cláusula democrática del Mercosur contra Venezuela con el argumento de que el gobierno de Nicolás Maduro censurar la prensa y había arrestar injustamente líderes de la oposición. Para hacer uso de esta cláusula (que prevé sanciones económicas y bloquear la suspensión del país), se requiere el consenso de los otros miembros. Brasil siempre ha estado en contra.
La situación cambió después de las elecciones legislativas de Venezuela el 6 de diciembre. La oposición ganó la mayoría parlamentaria por primera vez en 17 años, 112 de los 167 legisladores electos. Por lo tanto, obtuvo dos tercios de los votos, suficiente para remover funcionarios de alto gobierno y pedir una reforma de la Constitución.
El gobierno de Nicolás Maduro (sucesor de Hugo Chávez, presidente desde 1999 hasta 2013) reconoció la derrota, pero luego alegó irregularidades en la votación en la Amazonía e impugnó ilegalmente a tres legisladores de la oposición.
La oposición acusó al gobierno de promover un “golpe judicial” e incorporó a los tres legisladores impugnados. El Tribunal Supremo, en una función que no le correspondía, dictaminó que cualquier decisión de la legislatura no sería considerado válida hasta que se retiraron los parlamentarios suspendidos del Congreso.
Los legisladores cuestionados terminaron de retiraron para permitir el paso de una ley de amnistía a los líderes de la oposición detenidos y a presos de conciencia, presos por el régimen chavista.
El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro (Ministro de Relaciones Exteriores del ex presidente de Uruguay, José Pepe Mujica), envió una carta a Maduro criticando la decisión del Tribunal Supremo de Justicia. Según él, porque se estaba promoviendo “un golpe directo en contra de la voluntad del pueblo”.