Los condenados por el brutal triple crimen de General Rodríguez robaron una Amarok blanca y dejaron a su propietario encerrado en su casa. Pero un accidente cambió la historia de los delincuentes.
El primero en caer fue Martín Lanatta, el líder de la banda, quien resultó herido tras el vuelco de la camioneta y no pudo seguir escapando. Visiblemente lastimado y esposado, cerca de las 10:30 de la mañana quedó tras las rejas en la comisaría de Cayastá.
A su hermano Cristian lo atraparon en el paraje Cuatro Bocas, a unos 4 kilómetros de esa ciudad.
En el terreno de un molino arrocero, rodeado de agua, lograron dar con el tercero de los prófugos: Víctor Schillaci. Un vecino de la zona prestó tres caballos para ayudar a la policía en la búsqueda.