Durante meses, Loubna debió esconderse, vestirse con Burka para evitar ser reconocida. Cuando se lo quitó, fue identificada, secuestrada en una camioneta y golpeada durante horas por varios hombres que le reiteraron las amenazas por “haber incitado a la prostitución” por protagonizar la película.
Gravemente herida en el cuerpo, la cara cortada y sus ojos negros, Lubna fue al hospital en Casablanca, en dónde se negaron atenderle y sanarle. Posteriormente se dirigió a la comisaría, en dónde no aceptaron su denuncia, la acusaron de “maquillarse”, mientras los policías reían entre ellos: “Abidar dice que le golpearon…”.
Finalmente Loubna fue atendida en un hospital de París, desde dónde -sin poder volver ya a Marruecos- ha decidido ser valiente portavoz de denuncia sobre la situación actual de las mujeres en su país.
Álvaro Brechner