La falta de ética de los funcionarios kirchneristas parece no tener límites. La procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó y el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella, utilizan los portales del Estado- que son para difundir noticias oficiales y que pagan todos los ciudadanos con sus impuestos- como medios personales para atacar al nuevo gobierno de Mauricio Macri.
En el uso inapropiado del portal de la Fiscalía, la fiscal kirchnerista Gils Carbó expone sus problemas personales bajo un artículo titulado “Se quieren llevar puesta la estabilidad de todos los fiscales” y criticó los rumores sobre una eventual reforma legislativa a través de un decreto de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo como un “golpe institucional”. “Esta procuradora no va a renunciar a su cargo”.
Por su parte el ultrakirchnerista Martín Sabbatella, también utiliza al Estado en su beneficio al declarar en el portal estatal de Afsca que: “Están construyendo un Estado mafioso”, entre otros articulos de ataque al presidente de la Nación.
Si quieren refutar al presidente, lo pueden hacer desde medios de comunicación, pero no utilizar los portales del Estado en su propio beneficio.
Con este comportamiento, Gils Carbó y Sabbatela podrían estar enfrentados a lo que dice la Ley 25.188 que en el artículo II – DEBERES Y PAUTAS DE COMPORTAMIENTO ÉTICO, señala:
f) Proteger y conservar la propiedad del Estado y sólo emplear sus bienes con los fines autorizados. Abstenerse de utilizar información adquirida en el cumplimiento de sus funciones para realizar actividades no relacionadas con sus tareas oficiales o de permitir su uso en beneficio de intereses privados;
g) Abstenerse de usar las instalaciones y servicios del Estado para su beneficio particular o para el de sus familiares, allegados o personas ajenas a la función oficial, a fin de avalar o promover algún producto, servicio o empresa;
Esta parece ser la “ética” del kirchnerismo y de los que quieren quedarse “atornillados” al sillón y a los buenos sueldos.












