Eugenio Figueredo la sacó barata; lo extraditarán a Uruguay

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El dirigente uruguayo Eugenio Figueredo, expresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y exvicepresidente de la FIFA, involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA, será extraditado a su país para ser juzgado y no irá a EEUU, donde además del caso mencionado debe responder por un fraude en su trámite de naturalización donde habría mentido para obtener la residencia.
La abogada del acusado, Karen Pintos, dijo a la emisora local Sport 890 que la extradición a Uruguay le brinda a Figueredo “la posibilidad de tener un juicio justo en el país donde se inició la denuncia, donde supuestamente se cometieron los delitos y donde supuestamente están los damnificados”, una afirmación que parece no tener asidero ya que ese tema de sobornos y enriquecimiento los venía investigando la Justicia de EEUU desde hace bastante tiempo.
El Departamento de Justicia estadounidense acusó a Figueredo y a otros dirigentes y empresarios de “extorsión, fraude electrónico y lavado de dinero, entre otros delitos, en relación con su participación en un plan de 24 años para enriquecerse a través de la corrupción del fútbol internacional”.
Pero además Figueredo tiene otra denuncia que no nació en Uruguay, también lo acusan de mentir para obtener la residencia de EE.UU.
Figueredo es investigado en EE.UU. por haber mentido para obtener la residencia en este país. En el año 2006, Eugenio Figueredo presentó documentación explicando su incapacidad mental donde falsamente declara que tenía demencia severa.
El documento del Departamento de Estado señala que Figueredo tiene residencia en los Estados Unidos, concretamente en Arcadia, California y que le mintió a las autoridades de Inmigración para obtener la residencia en EEUU.
De acuerdo con una solicitud de naturalización de Figueredo archivada en 2005 con las autoridades de inmigración de Estados Unidos, a partir de 1997 el ahora imputado declara que trabajó en “ventas” en un negocio de “piedras decorativas” en Irwindale, California.
En su solicitud, señala el Departamento de Estado, Figueredo falsamente había afirmado bajo pena de perjurio que que él no trabajó en cualquier otro lugar en los cinco años anteriores, ni ha tenido ninguna afiliación con cualquier organización o asociación en los Estados Unidos o en cualquier otro lugar; y (b) que estaba exento de los requisitos necesarios de lengua, educación cívica y exámenes de inglés, a causa de una enfermedad mental que lo dejaba incapacitado.
En EEUU, la situación de Figueredo sería más complicada, pero no menos justa, contrariamente a lo que dice su defensora.
Por las dudas ya tiene el pedido de prisión domiciliaria.
Más que un castigo parece un premio que en vez de enviarlo a EEUU, lo mandaran a Uruguay, como él acusado quería.