Este martes ha sido lamentable ver el Pleno de votación para investir al presidente de la Generalitat, donde el sececionista Artur Mas, apoyado por los 62 diputados de Junts pel Si, no obtuvo los votos de los 10 parlamentarios de la formación ultra antisistema CUP, que de esta forma sigue manteniendo de rehén de sus decisiones a sus socios independentistas.
El informe del Parlament de Cataluña
Mas no ha conseguido esta noche ser investido presidente de la Generalitat, ya que no ha alcanzado la mayoría absoluta necesaria del pleno. Ahora se someterá a un segundo debate y una segunda votación, que se hará el jueves a partir de las diez, en la que necesitará la mayoría simple para ser investido.
En la primera votación para la investidura Mas ha obtenido los 62 votos favorables de los diputados de Juntos el Sí (JxSí) y los 73 contrarios del resto de grupos: Ciudadanos (C ‘s), el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Cataluña Sí se Puede (CSQP), el Partido Popular Catalán (PPC) y la Candidatura de Unidad Popular (CUP). Al candidato, pues, le han faltado seis votos para obtener los sesenta y ocho que significan la mayoría absoluta.
En la segunda votación, el jueves, le bastará con la mayoría simple, es decir, con más votos a favor que no en contra. La sesión se reanudará con las intervenciones primero de Mas y después de los grupos, por un tiempo menor de lo que han tenido hoy, y acabará con la votación. A modo de ejemplo, en 2010, la última vez que se invistió un presidente de la Generalitat en segunda votación, el pleno se reanudó a las diez de la mañana y terminó a la una y media del mediodía.
Si en esta segunda votación el candidato tampoco fuera investido, lo que no ha sucedido nunca, la presidenta del Parlamento podría convocar nuevos debates de investidura tras volver a consultar los grupos parlamentarios y proponer un candidato. Si transcurridos dos meses desde la primera votación, que se cumplirán el 10 de enero, ningún candidato fuera elegido, el Parlamento se disolvería automáticamente y el presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, debería convocar inmediatamente unas nuevas elecciones, que deberían hacerse entre cuarenta y sesenta días después de la convocatoria.
R.C. Gómez