Maduro en la ONU pidió medidas y concreciones que su gobierno no cumple

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Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Foto de archivo: ONU/Hubi Hoffmann
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Foto de archivo: ONU/Hubi Hoffmann
Artículo del equipo de política de ICN Diario
El discurso de Nicolás Maduro en la ONU, este domingo, fue un acto de no reconocimiento de sus propios errores, donde pretendió erigirse como un consejero mundial, al intentar explicarle a los países las fórmulas que según su retórica, deben aplicarse para vivir mejor.
En su discurso, Maduro hizo referencia al Papa Francisco, sin recordar su farsa sobre una presunta enfermedad, para cancelar el encuentro con el Sumo Pontífice en Roma, porque sabía que allí el jefe de la Iglesia Católica le iba a pedir la libertad de los presos políticos del régimen.
“A 70 años del sistema de Naciones Unidas, son muchas las reflexiones que deben hacerse y en ese sentido acogemos las palabras del Papa Francisco al llamarnos a trazar la ruta de construcción de una casa común, la casa común de la humanidad. Estamos llegando al final de esta cumbre para fijar las metas comunes de nuestros pueblos y gobiernos en relación al desarrollo social como tema central (…) y al mirar 15 años hacia delante se nos plantean grandes retos para la consolidación de la paz mundial, nuevas relaciones económicas justas equitativas, construcción de modelos sociales que le permitan mayores accesos a la población”, intentó explicar.
Luego señaló: “El cese de las guerras imperialistas, garantizará- afirmó el presidente Maduro- que haya condiciones verdaderamente humanas para avanzar hacia los nobles objetivos que la humanidad, a 70 años del sistema de naciones unidas, ha logrado identificar y construir.
“Si queremos tener, como dijera el Papa Francisco, en el 2030 una casa común-y nosotros desde Venezuela, soñamos y lucharemos a brazo partido para tenerla-, pensemos en una casa común sin guerras imperialistas y de destrucción, sin deprecio, sin xenofobia, pensemos en una causa común de pueblos que llevan sus relaciones en respeto al derecho internacional, y pueblos que asuman la agenda 2030 como una gran agenda humana de construcción de paz y de felicidad y al justicia universal”,
Luego comenzó con el desvarío que ya nadie cree, salvo sus íntimos y los ‘enchufados’ del régimen de oprobio que padece el pueblo de Venezuela.