A pesar de las críticas a la destrucción de alimentos, el portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que la forma elegida para eliminar la partida ilegal puede parecer desagradable, pero la parte estética de la medida no es lo más importante. “El primer objetivo es prevenir el contrabando, asegurar el cumplimiento de las medidas restrictivas de la Federación de Rusia en relación a varios países”, declaró.
“El segundo fin es la protección de los intereses económicos del país porque el contrabando los está dañando”, explicó. “Y el tercer objetivo, el más importante, es la protección de nuestros ciudadanos”, concluyó.
El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un decreto que prolonga un año (hasta el 5 de agosto de 2016) el embargo a la importación de una serie de productos extranjeros a Rusia “con el fin de garantizar la seguridad de la Federación de Rusia”. Según el documento, a partir del 6 de agosto todos los alimentos prohibidos que entren en el país deben ser destruidos.