El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV con España y en informe expone textualmente:
La recuperación de la economía española se ha acelerado, pero el desempleo aún es muy elevado. El crecimiento ha repuntado y se espera que ascienda al 3,1% en 2015 y el 2,5% en 2016, significativamente por encima del promedio de la zona del euro. La adopción de políticas económicas sólidas ha permitido la recuperación de la confianza, y la presencia de significativos vientos de cola externos han contribuido a la recuperación. La cuenta corriente externa mantiene un pequeño superávit y las condiciones financieras continúan siendo favorables. El ritmo de desapalancamiento del sector privado se ha enlentecido y los flujos de crédito nuevo están aumentando. La creación de empleo también ha repuntado, pero más de 5 millones de personas continúan desempleadas y los nuevos contratos laborales siguen siendo en gran medida de carácter temporal y a tiempo parcial.
Las reformas llevadas a cabo están contribuyendo a la recuperación. Las reformas laborales y un crecimiento moderado de los salarios han apuntalado al empleo y ayudado a recuperar la competitividad.
La Ley de Garantía de Unidad de Mercado está permitiendo abordar algunos de los obstáculos al crecimiento de las empresas y aumentar la productividad. Los resultados positivos de la evaluación global realizada por el Banco Central Europeo confirmaron que los esfuerzos de reforma del sector financiero español han avanzado favorablemente, apoyados por el Mecanismo Europeo de Estabilidad. Estas reformas, sumadas a la continuada consolidación fiscal, han tranquilizado a los mercados e impulsado la confianza de los consumidores y los inversionistas.
Sin embargo, todavía existen problemas estructurales profundos que limitan el potencial de crecimiento de España de cara al futuro y persisten vulnerabilidades. El elevado desempleo estructural y la persistente dualidad del mercado laboral, así como la falta de economías de escala de las numerosas empresas pequeñas, frenan el crecimiento a mediano plazo. Los niveles de endeudamiento público y privado continúan siendo altos y probablemente seguirán afectando al consumo y la inversión. España mantiene una elevada posición de inversión internacional neta negativa, lo que aumenta sus vulnerabilidades externas. En este contexto, un riesgo clave es una reversión de las reformas ya implementadas, lo que generaría incertidumbre y podría frenar la recuperación, sobre todo si el entorno exterior se deteriora drásticamente.
Evaluación del Directorio Ejecutivo
Los directores ejecutivos elogiaron a las autoridades por la adopción de políticas sólidas y las reformas llevadas a cabo, las cuales, complementadas por condiciones financieras más favorables, han mejorado la confianza y respaldado el notable repunte registrado en España desde la crisis. Señalaron en particular que las reformas laborales y la moderación salarial han impulsado la creación de empleo y la competitividad. Sin embargo, a pesar de las importantes mejoras en los principales flujos económicos en los últimos años, las tasas de desempleo persistentemente elevadas, la baja productividad y los niveles todavía considerables de deuda pública y privada continúan planteando desafíos de política de cara al futuro.
En este contexto, los directores subrayaron que para respaldar el ritmo de crecimiento a mediano plazo es necesario seguir avanzando en la consolidación fiscal y en la sólida implementación de reformas para abordar las rigideces estructurales que aún persisten, así como también contar con condiciones de demanda favorables en la zona del euro en su conjunto. La volatilidad financiera y la incertidumbre en la región justifican mantener la vigilancia, aunque la mayor capacidad de resistencia de España, junto con las medidas de política adoptadas a nivel de la zona del euro, ha reducido los riesgos de contagio.
Los directores estimaron conveniente seguir mejorando el mercado laboral y las condiciones para que las pequeñas y medianas empresas (PYME) crezcan, con el objeto de generar empleo y promover un crecimiento más elevado e inclusivo. Recomendaron alinear los salarios con la productividad y las condiciones económicas a nivel de las empresas, reducir la dualidad del mercado laboral y mejorar la formación de los parados de larga duración. Los directores elogiaron las iniciativas para fomentar la competencia, especialmente en el sector de servicios, respaldar la internacionalización de las PYME, y mejorar su acceso al financiamiento.
Los directores señalaron que el sector financiero de España sigue fortaleciéndose, con mejoras en términos de liquidez, eficiencia y rentabilidad. Consideraron positivas las recientes reformas del régimen de insolvencia, como la aprobación de una “segunda oportunidad” para empresarios y consumidores. Si se aplican de manera efectiva y se aclaran algunos elementos clave, estas reformas pueden facilitar el desapalancamiento del sector privado, a la vez que se preserva la sólida cultura de pagos del país. Los directores respaldaron los esfuerzos para alentar a los bancos a aumentar su capital de elevada calidad y reducir los préstamos fallidos, facilitando así el crecimiento del crédito.
Los directores hicieron hincapié en la importancia de encauzar firmemente el coeficiente deuda pública/PIB hacia una trayectoria descendente emprendiendo una consolidación fiscal y gradual que apoye el crecimiento y ahorrando toda ganancia extraordinaria derivada de un aumento del crecimiento nominal o una reducción de los costos de endeudamiento. Instaron a la aplicación de medidas presupuestarias ambiciosas y bien especificadas, protegiendo al mismo tiempo a los grupos más vulnerables de la sociedad. La mejora del marco fiscal regional y la coordinación estrecha entre todos los niveles de gobierno también son esenciales para avanzar en estas iniciativas de consolidación.