El comunicado fue dado a conocer este sábado y expresa cuanto sigue:
Al suboficial Edelio y a su familia nuestra solidaridad, cercanía espiritual y oraciones de la Iglesia por su pronta liberación, para que pueda volver al seno de su hogar y abrazarse con sus seres queridos. “El Señor sea tu roca y tu baluarte” (Cfr. Salmo 18,3)
A los secuestradores: exhortamos dejar en libertad a este compatriota – hijo, hermano, esposo – sin condiciones, como un gesto humanitario y respeto por la dignidad e integridad de su persona. Ningún fin justifica, ni debería alentar que Edelio siga secuestrado.
A las comunidades eclesiales, solicitamos cadenas de oración y de solidaridad para manifestar la comunión espiritual y fraternal por la liberación de Edelio. Desde ya agradecemos por estos gestos concretos que se están realizando.
A los poderes públicos: que arbitren medidas eficientes y eficaces, en el marco de sus competencias constitucionales, para garantizar la vida y la libertad del secuestrado, y en general resguardar con mayores esfuerzos a los ciudadanos que a diario sufren la inseguridad y son víctimas de crecientes violencias.
La suerte del prójimo no nos debe ser indiferente. El largo cautiverio de Edelio Morínigo nos interpela y nos convoca a la colaboración activa, a la unidad de acciones, a la comunión de oración.
Para este momento difícil, el Santo Padre nos alienta: “Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por sufrir graves dificultades, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, aun en medio de las peores angustias… No nos dejemos robar la esperanza.” (Evangelii Gaudium).