En el intercambio de regalos en el Palacio de Gobierno, Morales le entregó a Francisco el Cóndor de los Andes, la máxima distinción que otorga el Estado boliviano, la insignia Luis Espinal y el libro autobiográfico, “Mi vida, de Orinoca al Palacio Quemado”, que relata su vida desde su pueblo natal hasta asumir el poder el 22 de enero de 2006.
Como remate, Evo Morales le entregó un crucifijo tallado con los símbolos comunistas de la hoz y el martillo. El Papa con la prudencia y la educación que lo caracterizan, le miró fijamente y solo le dijo: “eso no está bien”.
Por su parte el jefe de la iglesia católica, le dio a Morales dos libros, La Alegría del Evangelio y la Encíclica Verde, entre otros obsequios.
Curiosamente el momento de la entrega del crucifijo comunista, no es mencionado en ninguna noticia oficial de los medios de comunicación del gobierno de Bolivia.
Como siempre Evo Morales, desubicado e inútil.
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