Pero Ada Colau parece que no es muy diferente a la clase política que dice combatir. Por lo pronto ya ha hecho contratar a su pareja, Adrià Alemany, para que la asesore en el cargo y le hace pagar a su partido, Barcelona en Comú, el salario de su pareja para que no digan que lo contrata el ayuntamiento, aunque Alemany ya trabaja como portavoz del gobierno municipal en una reunión mantenida con los grupos de la oposición municipal para pactar el reparto de asesores.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, rechazó las acusaciones de “nepotismo”, pero según ha informado el diario El País, el compañero de Colau no es el único familiar de altos cargos municipales que ha sido contratado. La pareja del primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, también ha entrado a trabajar como asesora en materia de vivienda. Vanesa Valiño es directora del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y experta en asuntos de emergencia habitacional y de vivienda. El salario lo paga el ayuntamiento de Barcelona.
La misma y vieja política de acomodar a la familia en altos cargos, aunque ahora disfrazados de “indignados”.
Ada Colau hace poco tiempo se reunió con el expresidente uruguayo José Mujica y mencionó que “ha demostrado que se puede gobernar con ética y honestidad”.
Colau ni siquiera se ha molestado en conocer el desastre económico que dejó Mujica en su país; dos altos cargos del gobierno procesados por el el caso Pluna, el ministro de Economía y el presidente del banco estatal y ni siquiera ha pensado en las dos frases famosas del exmandatario que están en cualquier buscador en internet: “lo político debe estar sobre lo jurídico” o esta frase que no tiene desperdicio: “como te digo una cosa, mañana te digo otra”. Si piensa seguir este ejemplo…¡pobres ciudadanos de Barcelona!.
Pero tal vez la mejor referencia sea la forma en que Colau actuaba cuando decía denunciar a los políticos y se presentaba a escrachar sus actos vestida de súper heroína del cómic con capa y antifaz (ver foto).
Sin querer comparar, en Brasil el payaso humorista y compositor brasileño Tiririca, quien hizo campaña declarando que no sabe de política, fue reelegido como diputado federal y hoy es el legislador que nunca ha faltado a las sesiones de la Cámara. Ha presentado seis proyectos sobre el mundo del circo.
Cuando fue elegido por primera vez, en 2010, este cómico, según cuentan los medios internacionales, usó el chiste irreverente para atraer el voto de protesta de indignados y desencantados con la corrupción galopante del sistema político brasileño. “¿Qué hace un diputado federal? En realidad, no lo sé. Pero vótame y te lo cuento”.
Reitero; no estoy comparando…la comparación surge sola.
Paco Tilla
Opinión
