La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y su par ecuatoriano Rafael Correa, son integrantes del “club ideológico” de América del Sur, una especie de sociedad secreta creada para apoyarse mutuamente entre los gobiernos populistas e intolerantes de esa región.
Tanto Dilma como Correa, no tienen ningún temor al validar los atropellos de Nicolás Maduro al pueblo venezolano. A diferencia de los tres monos sabios, estos dos mandatarios, no ven, no escuchan pero si hablan, intentando defender los actos vandálicos de su colega de Venezuela.
Rousseff consideró en declaraciones, que la visita de los senadores de Brasil es una afrenta a la soberanía venezolana y el reclamo para visitar presos políticos en Caracas es improcedente. Para la presidenta los encarcelados no son presos políticos; simplemente son presos comunes.
Correa insiste en defender la “democracia”, que según él y el ‘club ideológico’, existe en Venezuela.
Pero eso eso no es todo, el mandatario ecuatoriano -para no ser menos que Maduro- interpreta que las protestas ciudadanas en su país por el aumento de impuestos, son actos de la derecha que pretende derrocarlo y los socios del club salen a defenderlo.
En definitiva, el ‘club ideológico’ de América del Sur ataca de nuevo.
Opinión
