El informe analiza los efectos de la crisis en la evolución de la pobreza infantil. Para ello realiza un exhaustivo diagnóstico de la situación de la infancia en España en el período 2004-2012, a partir de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística.
Los factores estudiados y expuestos a continuación indican un proceso de empeoramiento del bienestar infantil debido a los problemas de los últimos años en los mercados laboral e inmobiliario.
Los niños tardan más en salir de la pobreza
El informe muestra una realidad más dura para los niños que para el resto de la población. No solo es mayor el número de niños que caen en la pobreza, sino que la probabilidad de permanecer en esta situación es cinco puntos porcentuales mayor entre la población infantil. Conocer la dinámica de la pobreza es importante a la hora de diseñar adecuadamente las políticas para combatirla. Un estudio de esta dinámica nos indica que el porcentaje de niños que se ven afectados por la pobreza en algún momento es del 44%, si tomamos un período de análisis de cuatro años.
Sobre la entrada en la pobreza, el estudio señala que uno de cada tres niños que no se encontraba en
situación de pobreza pero tenía ingresos muy próximos al umbral, cayó en la pobreza al año siguiente.
Por otra parte, el 16% de los hogares habían entrado en situación de pobreza a pesar de tener el año anterior unos ingresos equivalentes que casi doblaban el umbral de pobreza.
También son alarmantes las cifras que se refieren a la permanencia en esta situación. Siete de cada diez niños pobres viven consecutivamente en la pobreza de año en año. Asimismo, uno de cada cinco niños vive en la pobreza al menos tres de cuatro años estudiados y uno de cada diez menores (aproximadamente 840.000 en 2012) vive en una situación de pobreza crónica, es decir, pasa todo el período analizable (cuatro años) por debajo de la línea de pobreza.
Por lo que respecta a la salida de la situación de pobreza, el 44% de niños que han conseguido salir de ella tenían unos ingresos equivalentes en el año anterior a la transición que se situaban entre el 50% y el 60% de la mediana, es decir, muy cercanos al umbral de pobreza. Solo un 19% de los menores que dejaron de ser pobres procedían de una situación de pobreza severa (con ingresos equivalentes inferiores al 30% de la mediana).
El estudio cita a los académicos que afirman que vivir los primeros años en la pobreza tiene graves consecuencias para el desarrollo de un niño, pero las tiene todavía más cuando esta situación deviene en un problema crónico. La pobreza provoca que los niños crezcan en una sociedad más desigual, dificulta la movilidad social y deteriora la igualdad de oportunidades, lo cual alimenta el círculo intergeneracional de la pobreza. Pobreza monetaria y privación material se asocian habitualmente con más abandono escolar, peores logros educativos y menos aptitudes cognitivas, así como menos actividades extraescolares.
Adolescentes: en mayor riesgo entre la población infantil
La tasa de pobreza relativa infantil –así como su intensidad y severidad– es muy superior a la del conjunto de la población, es decir, los niños pobres son más pobres que el conjunto de la población pobre española.
Pero la situación no es nueva ni está solo vinculada a la crisis: ya en 2004 la tasa de pobreza infantil se situaba en el 25,4%, de modo que en España uno de cada cuatro niños vivía con rentas equivalentes por debajo del umbral de pobreza. La recesión no ha hecho otra cosa que empeorar la situación, aumentando más de dos puntos porcentuales el riesgo de pobreza entre 2009 y 2012 hasta el 28,9%. Los datos presentados la semana pasada de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2014 (que tiene en cuenta los ingresos de 2013) muestran que el riesgo de pobreza infantil entre los menores de 16 años ha seguido creciendo hasta el 30,1%, de modo que es 7,9 puntos superior al del conjunto de la población (22,2%).
Descargable:
Avance del informe sobre pobreza