Bienal de la Habana: la isla como lienzo donde se plasma el amalgamiento de dos visiones antagónicas del mundo

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Por Daniela Arismendes
Editora de Cultura ICN Diario.-

Foto web Bienal de la Habana
Foto web Bienal de la Habana
Desde su primera edición en 1984, a la Bienal se la ha tomado como un espacio de intercambio y confluencia, sirviendo como plataforma primaria para los artistas de países del tercer mundo, antes que estos tuvieran la posibilidad de expandir sus horizontes en años recientes.
En esta oportunidad se celebra la XII Bienal de la Habana, llamada “Entre la idea y la experiencia” e inaugurada el viernes 22 de mayo se extiende hasta el 22 de junio; y tiene como novedad la gran cantidad de estadounidenses que participan de la misma, así como también, una marcada presencia de artistas cubanos exiliados de la isla.
Hoy quien esté respirando el aire cálido de la Habana y camine por su malecón notará, además del ritmo del andar despreocupado y vivaz de sus habitantes, y de la gran variedad de obras de arte, un marcado sonido anglosajón que envuelve la atmósfera. Y es que la isla se ha convertido en una confluencia de más de 300 artistas de 45 países, curadores y galeristas por fuera del espectro tercermundista. Otrora “periferia” artística, centrándose en las primeras ediciones en América latina para adentrarse después en Asia y en África.
“El mundo está muy atento a lo que está pasando en Cuba, nos hemos puesto de moda y todo el mundo quiere venir a La Habana”, dijo a la prensa el director de la Bienal, Jorge Fernández, sobre el proceso de acercamiento iniciado con Estados Unidos en diciembre. El día de la inauguración coincidió con el segundo día de una reunión entre ambos países en Washington para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, interrumpidas en 1961, y la reapertura de las respectivas embajadas.
Desde la organización calculan en 1.400 los estadounidenses con credencial. Pero son muchos más los que recorren las salas de exhibición y los talleres de los artistas cubanos en busca de oportunidades.
El capitalismo llegó a la isla con el traje del arte, del diálogo y del reencuentro. Nuevos tiempos enmarcan esta bienal, este sábado será inaugurada Bolsa de valores (la que existía en La Habana cerró tras la revolución de 1959), que “traducirá el método capitalista al sistema económico de Cuba (…) con la intención de convertir a los espectadores en inversores”, explicó el artista cubano emigrado Levy Orta.
Una de las tantas exhibiciones pero por demás simbólica es Detrás del muro, convirtiendo el malecón en una galería a cielo abierto con los proyectos de cincuenta artistas: cubanos residentes, cubanos exiliados y estadounidenses. Una muestra de ello es la instalación de una gran pista de patinaje sobre hielo en la avenida del malecón, la cual mira a las costas de Florida. Obra de Duke Riley, uno de los artistas estadounidenses, quien se hizo presente en la capital cubana marcando junto con sus pares del norte un hito histórico en las disruptivas relaciones cubano-estadounidenses. Amalgamando en el accionar artístico visiones del mundo, culturas, diálogos; en fin lo que viene de la mano de la libertad de expresión. En este caso el arte fue una buena excusa, para ver un poco más allá del muro.