En caso de postularse no parece que obtendría, ni por asomo, las preferencias de los votantes peronistas que buscan otra cosa.
Sus frases despectivas ya son famosas y desde luego no llevan agua para su molino, porque terminan provocando el rechazo aún dentro del kirchnerismo.
En 1991, fue electo intendente del municipio de Quilmes por el Justicialismo. El Juez en lo Correccional y Criminal Ariel González Elicabe imputó a Aníbal Fernández con los cargos de “falsificación de documento público” y ordenó su captura en el marco de una causa en la que se investigaba la contratación de un estudio jurídico para negociar la deuda de ese municipio con la empresa Aguas Argentinas.
Según los diarios La Prensa y La Nación, “estuvo prófugo durante 48 horas, del 26 al 28 de octubre de 1994”, aunque él asegura que nunca estuvo escondido sino que se fue a otro domicilio para no someter a a su familia al verlo detenido.
Hoy no tiene miramientos en señalar que el relanzamiento de la candidatura presidencial del ex jefe de gabinete del gobierno kirchnerista, Sergio Massa, que hizo el estadio de Vélez, ofreció un mensaje “estúpido, que no dice nada”, según Fernández.
Por si fuera poco, lanzó una artillería pesada contra el fallecido fiscal Alberto Nisman, que pedía la imputación de la presidenta Cristina Kirchner por el presunto encubrimiento de funcionarios del gobierno de Irán, presumiblemente involucrados en el atentado de la mutual judía AMIA.
Aníbal Fernández, no tuvo miramientos y según relata el diario La Nación, el jefe del gabinete kirchnerista sostuvo que Sara Garfunkel, la madre del fiscal fallecido, debió haber sido detenida tras el hallazgo en su casa de un arma similar a la que mató a su hijo. El funcionario cuestionó, además, que la mujer hubiera ido a ver el contenido de sus cajas de seguridad cuando el fiscal aún no había sido sepultado.
En declaraciones hechas al ingresar a la Casa de Gobierno, Fernández sentenció: “Si yo hubiera sido fiscal, la hubiera detenido [a Sara Garfunkel], y hubiera allanado hace 88 días, por lo menos” su domicilio “para ver qué sucedió y cómo se movilizaron” los familiares.
Atacó a un muerto que no puede defenderse y a la madre, una mujer mayor que estaba sumida en el dolor por la muerte aún no aclarada de su hijo.
Este es Aníbal Fernandez, el hombre que ahora pretende ser el gobernador de la provincia de Buenos Aires.