Nuevamente el gobierno argentino, apela a la bajeza intelectual para atacar a quien no puede defenderse y lo hace arteramente para golpear a un muerto, al fiscal Alberto Nisman, el hombre que se atrevió a desafiar al sistema y acusar de encubrimiento en la causa AMIA a la presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman.
Una agencia de noticias (Infojus) que depende del Ministerio de Justicia y por tanto del gobierno, publicó que el fiscal estaba alcoholizado al momento de su muerte.
La “noticia” expresa en su título: Nisman: 1,73 de alcohol en sangre y una botella de vodka “a medio consumir” y luego señala: “La presencia de esa bebida alcohólica, secuestrada en el departamento, concuerda con el informe toxicológico que recibió a fines de la semana pasada la fiscal Viviana Fein. Según la pericia practicada por el Cuerpo Médico Forense, el fiscal Alberto Nisman tenía 1,73 gramos de alcohol por litro de sangre. La cantidad es igual a un estado de “embriaguez elevado”.
Luego se apoya en información del diario Página 12 (un medio afín al gobierno kirchnerista) como si lo que dice ese periódico fuera para tomarse en serio: “En la conferencia “Investigación científica del suicidio” ante la Academia Nacional de Ciencias, el criminólogo Raúl Torre explicó que es común que los suicidas consuman elevadas cantidades de alcohol antes de quitarse la vida. “Ayuda a eliminar los frenos inhibitorios. En palabras llanas, ayuda a darse valor”, dijo Torre, según publicó el diario Página/12″. Ahora el gobierno vuelve a abonarse a la teoría del suicidio, luego que la presidenta dijera que para ella no era un suicidio: “No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas”. Y escribió que a Nisman “lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible”.
Si esa noche, Nisman había bebido o no, nada tiene que ver con la causa. No hay el más mínimo respeto por su vida íntima y la vida de su familia. Pero menos perdonable es exponer públicamente cosas de las cuales el fiscal no puede defenderse.
Pero tanta mentira no podía quedar impune; hoy se supo la verdad, Nisman no había bebido y la infame noticia tuvo que ser rectificada e InfoJus Noticias, debió reconocer que se había equivocado por no haber acudido a las fuentes oficiales del Poder Judicial. Emitió un comunicado en el que se disculpó con los “seres cercanos” al fiscal federal.
Queda en claro que la desesperación del gobierno kirchnerista es tan grande, que apelan a las mayores bajezas, incluso contra alguien que no puede elevar su voz para defenderse.
Pero eso no es todo; el gobierno nacional publicó ayer una solicitada en la que volvió a cuestionar la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el presunto encubrimiento de los acusados iraníes del atentado a la AMIA y, en ese marco, se preguntó si el objetivo de esa acusación era “buscar un efecto político desestabilizador”. Nisman no se lo puede responder…está muerto.
Luego de que el juez Rafecas desestimara las denuncias de Nisman contra la presidenta y los demás presuntos implicados en una exposición poco clara, el magistrado Daniel Rafecas hizo un alegato que parecía el de un abogado defensor a favor de la presidenta en un fallo que deja enormes dudas por lo precipitado, dado el escaso margen de tiempo que tuvo para decidir.
En algunos momentos-el juez Rafecas- ataca con dureza las acusaciones y “los presuntos errores” de Nisman y luego hace una defensa de la presidenta, tratando de explicar que Cristina Kirchner habría estado siempre a favor de aclarar el atentado a la AMIA y expone: ”
“Ya hemos visto previamente, que la estrategia de la presentación fiscal ha sido
dejar de lado todas las declaraciones, actitudes, expresiones y decisiones públicas que
adoptó la Presidenta de la Nación desde que asumió la primera magistratura, que han
guardado una notable coherencia en punto a la persecución de los fines de verdad y
justicia respecto del atentado a la AMIA”, dice el juez Rafecas.
Luego el magistrado actuante sostiene:
“En el caso de la Dra. Fernández de Kirchner, además, el salto imaginativo debe ser
aún mayor, pues sus tomas de postura sobre este particular han sido a la vez, coherentes
con toda su actuación política, desde 1994 en adelante.
Es decir, que si la grave acusación del Dr. Nisman fuera cierta, habría que admitir
que una figura política, que actualmente reviste la presidencia, que a lo largo de 20 años
de trayectoria ha sido consecuente en la búsqueda en proveer verdad y justicia a las
víctimas del atentado, conciba dar un giro en sus convicciones de 180 grados, e instruya a
sus subordinados, a traicionar a esos valores, a su país, y especialmente a las víctimas que
siguen esperando por verdad y justicia”, dice el dictamen del Juez Daniel Rafecas.
La actitud de la presidenta difiere de lo que dice el juez
La diputada Elisa Carrió presentó una serie de documentos oficiales de la época donde expone algo diametralmente opuesto a la actuación que habría tenido la mandataria argentina en la causa AMIA: