Con 33 votos y una abstención, Almagro obtiene el cargo de una organización estancada que necesita imperiosamente una renovación y una posición definida en el tema de los derechos humanos en la región, principalmente en Venezuela donde instituciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, exigen que se respeten los derechos de los ciudadanos.
Almagro dijo en una parte de su discurso que “la OEA colaboró para que más americanos vivan en paz, con más democracia, más derechos humanos, más seguridad y más prosperidad, que existan cada vez más derechos para cada vez más americanos”.
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