
Es tan lamentable que no se hable del padecimiento del pueblo venezolano ante las imposiciones del régimen chavista y ni siquiera taman en cuenta las reacciones internacionales que piden al gobierno de Maduro que cese la brutal represión y libere a los presos políticos.
Los llamados de atención, vienen desde la ONU, la OEA, la Unión Europea, el Parlamento Europeo y desde organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) entre otras, pero la Unasur solo ve a Maduro y respalda a un gobierno que como simple ejemplo, decreta el uso de armas letales en la represión a las manifestaciones, y nada dice del joven de 14 años asesinado por la policía del régimen a pocas horas de entrar en vigencia la salvaje resolución del chavismo.
Pero finalmente una voz de disenso se ha escuchado; la del nuevo gobierno de Uruguay, cuyo vicepresidente, Raúl Sendic, ha dicho lo que la mayoría del mundo entiende y es que ante los reclamos de Maduro asegurando que hay “injerencias externas” en Venezuela, pero Sendic expresó-días atrás- que no había “elementos”, para hablar de “injerencias externas” en Venezuela: “Ellos están hablando de injerencias externas. Nosotros no tenemos elementos para poder acompañar esa afirmación, pero sin duda que es un proceso que a todos nos tiene preocupados y lo vamos a seguir mirando con mucho cuidado”, dijo el vice uruguayo.
Ante esto, Maduro comenzó con sus acostumbrados agravios a quien no piensa como él y dijo: “Por allá un amigo en el sur, un gran amigo, que tiene un buen cargo, un importante cargo en un gobierno dijo que no le constaba la injerencia de Estados Unidos sobre Venezuela. Qué vergüenza esas declaraciones. Estamos agredidos, intervenidos, amenazados y ¡todavía hay gente que dice eso en América Latina!”, luego calificó de “cobarde”, la actitud de Sendic.
Uruguay reaccionó y emitió un duro comunicado donde expresa en una parte: “El Gobierno de la República Oriental del Uruguay expresa su malestar ante las declaraciones del señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, quien criticó, aunque sin mencionarlo expresamente, al señor Vicepresidente de la República, Raúl Sendic, por comentarios que éste formulara días atrás en una entrevista periodística.
Por este motivo, la Cancillería convocó en el día de hoy, al señor Embajador de Venezuela en Montevideo, a efectos de hacerle saber que considera inamistosas dichas declaraciones, ya que afectan no sólo a la persona a la que están dirigidas sino a la investidura que representa y a la institucionalidad que la respalda”.
Para colmo Venezuela no tiene una canciller calificada para dialogar, tiene a Delcy Rodríguez, un personaje indescifrable, que pulula en el cargo que le den, sin conocimiento alguno de lo que habla y días atrás demostró su ineptitud para el cargo, ya que vergonzosamente, siendo la ministra de Relaciones Exteriores, ignoraba cuantos funcionarios diplomáticos venezolanos tenía su gobierno acreditados en los EE.UU.
Delcy Rodríguez, salió a vociferar en los medios asegurando que su país tenía 17 diplomáticos entre la embajada y los consulados en territorio estadounidense, para luego le tuvieron que avisar desde la propia embajada que en realidad son 74 los funcionarios que fungían en el país del norte.
La reunión de “apoyo a Venezuela” se iba a realizar el jueves pasado en Montevideo, que ostenta la presidencia temporal de la Unasur. Sin embargo, en medio del diferendo diplomático entre Venezuela y Uruguay, no sólo se aplazó, sino que se trasladó a otro país, informó el diario El Observador.
Desde la cancillería uruguaya se trató de desvincular ambos hechos y se insistió ayer en que el cambio de sede obedeció a problemas “de agenda” de los ministros y “de conectividad” que les dificultaba llegar hasta Montevideo. Al final, la reunión se hará en un país aliado irrestricto de Venezuela.
Está claro que a Venezuela no le convenía llegar a Uruguay en medio del conflicto y con una canciller (Delcy Rodríguez) que no sabe donde está parada y cuyo único mérito para el cargo es ser obsecuente con el régimen.
R. C.












