Aníbal Fernández, cuestionado funcionario kirchnerista, que utiliza frases altisonantes en sus declaraciones cuando trata de hacer valer sus ideas, ha dicho este lunes que Arroyo Salgado “con todo el derecho del mundo hizo una presentación” pero aclaró: “presentó un informe, no es una pericia; está hecha con fotos y videos” y al respecto recordó que el Código Procesal establece que cuando se va a realizar una pericia de peritos de parte, contratada, debe estar presente el perito oficial y si no está hay que solicitar a quién está llevando la investigación que nombre un perito. Como en este caso no ocurrió “no deja de ser un mero informe”, dijo Aníbal Fernández, en declaraciones que reproduce el portal de la Sala de Prensa del gobierno.
Sostuvo luego que es una locura que no se hayan permitido las pericias a los teléfonos y a la computadora de Nisman, máxime que “fue la querella la que dice que el domingo a las 8 de la mañana fue utilizada la computadora”, dijo.
“Misteriosamente dicen que para guardar la intimidad de Nisman no se habían tocado”, dijo y analizó que “con ese mismo criterio, para respetar lo que dice la ley judía, no se debería haber hecho la autopsia”.
Asimismo señaló que “no hay colisión entre dos pericias: hay una sola realizada a pedido de la fiscal (Viviana) Fein, que llevó a cabo un equipo con enorme prestigio, y la otra es un informe hecho por profesionales con algún reconocimiento”.
El jefe de Gabinete remarcó que Arroyo Salgado “tiene todo el derecho del mundo a contratar a peritos y que éstos trabajen en función de lo que se les pide, pero no han trabajado sobre el cadáver”, sino que “analizaron fotos y videos”.
En tanto, destacó que la autopsia oficial “fue realizada por un cuerpo médico forense de enorme prestigio, con la presencia del decano”, mientras que el informe de Arroyo Salgado “llama la atención” y cuestionó particularmente al forense Osvaldo Raffo, quién encabezó el equipo contratado por la magistrada.
Lo que no dice Fernández es que extrañamente, la autopsia del cadáver de Nisman se hizo tan sólo en dos horas, algo inusual para un hecho tan confuso y no se permitió la presencia de peritos de la querella.
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