La primera nota que dimos a conocer fue la realizada a quien estas líneas escribe, la segunda fue hecha a Mario Alfonso y nos faltaba por tanto convocar a Gabriel Piria, para cumplir con el tercero de los peregrinos en este extenso y místico periplo.
Gabriel Piria es bisnieto de don Francisco, hombre sencillo y laborioso, dedicado esencialmente a la venta de leña en su rincón de la playa San Francisco y hombre preocupado por su comunidad para la cual trabaja desde algunas importantes instituciones.
Nos recibió como es su costumbre, con el fuego encendido y con la calidez propia de un hombre bueno, manteniendo una interesante charla a través de la cual pudimos reafirmar conceptos de vida que lo movieron a realizar junto a nosotros el largo Camino.
-¿Gabriel, porqué el Camino?
-Tuve diversos motivos, en primer lugar la necesidad interna de rescatar algo de la historia de Piria; el Piria buscador de un sitio seguro, de un lugar de energías, de paz, de tranquilidad.
Recordemos que él midió y compuso un plano de energías avenido a su época y a su tiempo, tratando de dejar estos elementos para el futuro. El futuro es hoy, es ahora y por tanto estoy llamado a rescatar como un Piria que soy, parte de esa historia del Uruguay de la que tanto se ha escrito y poco se había realizado.
Para mí fue un honor y lo asumí con alegría y gran interés cuando fui convocado por vos y por Mario para acompañarlos en el periplo, conformando un maravilloso equipo de trabajo.
– Gabriel, hay un antes y un después en el Camino. ¿Qué te deja como trazador este trayecto que se perfectamente habías buscado ya en tu interior?
– Me dejó en primera instancia mucha felicidad por el sentido de la tarea cumplida. Fuimos a buscar, a mirar, a aprender y puedo asegurarte que al finalizar el recorrido que nos habíamos trazado, pude apreciar que obraba en mí una magnífica cosecha de cosas buenas, de cosas importantes para la vida, para mi vida; cosas que fui ordenando en mi morral y que habré de atesorar por mucho tiempo.
Creo que muchos fueron los buscadores, muchos lo son y muchos lo serán, por tanto desde el presente, mi presente, por interés, por necesidad, por sangre, me aboqué a una búsqueda personal, tratando de encontrar en mi interior, pero obviamente esa búsqueda parte de la conjunción del grupo, de este grupo hermoso que se conformó para la realización del Triángulo, por ello la necesidad permanente no solo de expresar mi agradecimiento por la convocatoria sino de reconocer todo lo que del trazado de la mítica figura pude recoger para el personal crecimiento como ser humano.
-Gabriel, si bien cada uno de nosotros en su momento expresó sus anhelos de que otros hombres y otras mujeres en el futuro, emprendieran el trazado de este Triángulo, que mensaje podes dejar a quienes lean esta entrevista.
– Lo dicho, cada uno debe moverse en la vida en general, no solo en la delimitación del Triángulo, de acuerdo a sus necesidades, de acuerdo a sus inquietudes y de sus posibilidades, por ello en este sentido debo decir al lector, que una vez convocado, salí a buscar y salí a aprender y encontré y aprendí, y que todos aquellos que en su interior profundo entiendan que esta es una opción válida para encontrar o encontrarse, bienvenidos al grupo de los Trazadores, el Camino está allí.
Y con esta reflexión y con una sencilla convocatoria a que otros sigan el ejemplo de hacer en un futuro, el Camino de Piria, nos despedimos de Gabriel, dando por cerrado de momento la mítica figura, al haber convocado para cada uno de sus vértices a cada uno de los tres caminantes, a cada uno de los tres trazadores que con esfuerzo y determinación, supimos abrir la brecha a un periplo que aunque desconocido, no menos trascendente y energético, que los tantos y tantos caminos iniciáticos diseminados por el planeta.
José Luis Rondán