La gerente del Departamento de Países de Centroamérica, México, Panamá y República Dominicana, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Gina Montiel, reiteró el apoyo del organismo financiero internacional a las políticas y estrategias para el desarrollo emprendidas por los países pertenecientes al Triángulo del Norte en Centroamérica.
Ante esto Montiel dijo que “vamos a trabajar mano a mano” con los países del Triángulo Norte para implementar este Plan de Alianza para la Prosperidad que beneficia a Honduras, Guatemala y El Salvador, ya que es una oportunidad única para el desarrollo, además de representar el liderazgo y compromiso de sus jefes de Estado con el bienestar de la ciudadanía.
“El reto común para traer inversiones nacional y extranjera para acelerar el crecimiento económico al 100 por ciento y ser capaces de generar un empleo de calidad a los cerca de 600 mil jóvenes que ingresen al mercado laboral requiere de un gran liderazgo y de compromiso de todos”, expresó.
En esta línea Montiel destacó la voluntad política de Otto Pérez Molina (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Salvador Sánchez Céren (El Salvador) para forjar el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, asegurando que convertirá a los tres países en un lugar de oportunidades para sus gentes, con futuro para hombres y mujeres, con trabajo digno y un techo seguro que harán posible que se queden a vivir en su país.
Por otra parte dijo que el Triángulo Norte es más que tres países, en conjunto estas tres economías albergan casi 30 millones de habitantes, lo que convertiría al área en el séptimo país más grande de América Latina en términos de población, la novena economía y el noveno exportador más grande de América Latina y el Caribe.
En esta línea expresó la necesidad de aprovechar las oportunidades y ventajas que proporciona este mercado ampliado, pues es la vía más acelerada de avanzar en la ruta del desarrollo, Asimismo abogó por el fortalecimiento de sus instituciones, pues sin ellos no existirían recursos del Estado, no habrá transparencia y tampoco capacidad para ejecutar el plan.
Por último, distinguió que los tres países tienen una agenda de políticas públicas similares y ese es un desafío a la que tratan de dar respuesta las líneas estratégicas de acción sobre las que se afinca el Plan de la Alianza para la Prosperidad.
“Este programa se puede definir como tres por tres, tres países que unen sus naciones y liderazgos para avanzar conjuntamente, pero requiere de tres actores fundamentales: voluntad de los gobiernos, el sector privado que es el motor que impulsa y que complementa el diseño del sector público y los socios del desarrollo que son todos los países e instituciones que con sus financiamientos apoyan la implementación de este plan”, concluyó.