Una noche de tertulia con Ludovica Squirru

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Ludovica Squirru
Ludovica Squirru
Por José Luis Rondán.- Fuimos convocados por Gabriel Piria y Valentina para realizar una cena diferente en su casa de Heliópolis, mejor conocida por la gente como Piriápolis; ciudad mística y cargada de buenas energías si las hay. La noche estaba fresca, agradable, y obviamente dado los convocantes así como los convocados, fue conformándose un precioso círculo de fuerza que se mantuvo por espacio de más de cuatro horas, donde horóscopo, símbolo y mística, política y sociedad, amigos, luchas, ilusiones, esperanzas, proyectos, compañeros de ruta, fueron conformando trama y urdimbre de una preciosa manta de energías que seguramente, tal cual me ocurrió a mí, cobijó, dio abrigo y acunó preciosamente una relación humana por demás cálida que comenzaba a gestarse ahí, en ese preciso momento, mientras degustábamos un exquisito lenguado preparado por el propio Piria acompañado de un excelente y vivificante vino.
La reunión giró en un principio, en torno a la figura cautivante y cuasi mística de una señora especial, diferente, netamente holística, quien haciendo gala de una gran simpatía, fue haciendo referencia a los diferentes signos zodiacales, a su correspondencia con el animal del horóscopo chino pertinente, a sus características, virtudes, aspectos negativos y positivos, ascendentes, etc. para ir derivando con el pasar de los minutos, en la Ludovica humana, la Ludovica mujer, ya no la del libro y la conferencia, sino la peleadora de la vida, donde nos aseguró que por naturaleza no rehúye a las confrontaciones, que para ella los tropiezos son enseñanza, las caídas son fortalecimientos y trasmutación y de ahí, el estar atentos para obtener de esas enseñanzas, sabiduría.
No debemos dejar de hacer notar en este artículo, la presencia junto a esta mujer querible por demás, a Claudio Herdener, su compañero de ruta desde hace ocho años, fotógrafo y creativo, partícipe por demás activo de los libros de predicciones y hombre proclive a la lucha y a la adaptación a los cambios, al igual que ella; de no ser así, difícilmente estarían juntos.
La reunión nos llevó rápidamente a España, donde pudimos referirnos al Camino iniciático a Compostela, su impronta, su organización, monjes Negros y Templarios, proyectos de un viaje como peregrinos en un corto plazo; el druidismo, la numerología, las catedrales, búsquedas y encuentros en dicho periplo, luces y sombras y las ganas de hacerlo de Ludovica y Claudio. etc.
La cultura china, con todo su bagaje de sabiduría y contraposiciones con la nuestra; su estadía en China por espacio de casi medio año, su tránsito por esta vida, los rituales de armonización en su campo de Traslasierra, en Córdoba, el desagrado que le produce ir a Buenos Aires y tener que sumergirse en el mar de gente que implica la vida en la urbe y de cómo cada vez que percibe la oportunidad huye hacia su campo en Córdoba, lugar donde junto a su compañero así como entorno a sus actividades más espirituales, escritura y cielos inigualables, logra el equilibrio y la armonía para su vida.
Después de una larga y muy fructífera charla el ser humano tiende necesariamente a ir desnudándose, a ir mostrándose tal cual es, pues no hay defensa que se resista a una charla entre gente de bien, entre gente que ríe con sinceridad y sabe mirarse a los ojos, adivinando la esencia de los elementos de los cuales el otro se conforma; así Ludovica y Claudio, ambos personajes posicionados tal vez en diferentes estrados de la vida, pero ambos generadores de la atención del resto, Ludovica por su perfil, por el desarrollo de su trabajo, más figura, más glamour, más estrella, pero después de un rato, más abierta, más humilde, más sabia, y ello refuerza en aquellos que interactuábamos con ella por vez primera, la idea del sabio que solía expresar que aquella persona que ha dedicado su vida a tender puentes de amor, de amistad y humildad, se habrá ganado el sagrado derecho a cruzarlos una y otra vez.
El Gran Hotel Argentino ha abierto sus puertas a la presentación de su nuevo libro acerca del Horóscopo 2015, hasta allí se han convocado amigos y extraños para escucharla, para intentar saber de ante mano lo que probablemente pueda venir, pues Ludovica, en este mundo de zozobras e incertidumbres, se ha transformado con el pasar de los años en la portadora de una mágica llave con la cual entreabrir ese portal al mañana, a lo que todavía no se desplegó en nuestro mundo de influencias, pero que por las características arquetípicas que llevamos en la mochila de la vida, probablemente ocurran, se desplieguen, se desarrollen y ocurran, permitiéndonos de alguna manera prepararnos para el porvenir, aceptándolo tal cual se nos presentará o trabajando para el cambio.
La cena finalizó, el cansancio físico nos fue ganando a todos y tras algunas fotos y la promesa de un pronto reencuentro, cada uno se fue marchando por donde vino, pero les aseguro que por mucho rato permaneció en el aire esa fuerza diferente, luminosa y agradable sólo generada por personas portadoras de un precioso aura y un mejor karma.