La joven, quien también habría sido víctima de una violación, fue condenada por homicidio agravado y aborto, y sentenciada a 30 años de cárcel, de los cuales cumplió 7 en prisión.
La petición de Guadalupe forma parte de un grupo de 17 casos presentados ante la Corte Suprema salvadoreña en los que se solicita el perdón para otras mujeres con cargos similares.
La joven fue absuelta por la Corte Suprema el 21 de enero tras una revisión judicial compleja que requirió el voto mayoritario de la Asamblea Legislativa, explicó, Rupert Colville, portavoz en Ginebra de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
“Estamos alentados por la decisión de perdonar a Guadalupe y encomiamos los pasos tomados para revisar cada caso de acuerdo al debido proceso. Esperamos que otras mujeres en prisión en El Salvador con condenas similares sean liberadas y se hagan esfuerzos para reformar la legislación sobre los derechos sexuales y reproductivos, de acuerdo a las recomendaciones de numeroso entes de derechos humanos”, dijo Colville.
El Salvador prohíbe terminantemente el aborto y lo criminaliza aun cuando la vida de la mujer o su salud están en riesgo, o se trate de casos de incesto y violación.
La Oficina de la ONU recordó que numerosos mecanismos de derechos humanos, han expresado frecuentemente su preocupación por esas medidas y su impacto en los derechos de las mujeres a no sufrir discriminación, así como al derecho a la vida y la salud.
El informe presentado por la Corte Suprema de Justicia manifiesta que Carmen Guadalupe Vasquez Aldana fue acusada del delito de homicidio agravado contra su hijo recién nacido. No obstante, también certifica que en el proceso penal se irrespetaron las garantías fundamentales para declarar la culpabilidad, específicamente en las pruebas científicas. “En definitiva, en el caso de la imputada Vasquez Aldana existen razones de índole jurídicas que justifican favorecerla con gracia de indulto”, expresa el documento.
De igual manera, la Corte informa que Carmen Guadalupe Vasquez Aldana, sentenciada a 30 años, ya purgó 7 años en prisión, y durante estos ha demostrado que es una persona que denota un desarrollo personal significativo en vida carcelaria, a través de la incorporación a diversas actividades y programas.