Una escueta comunicación oficial expresa que el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha presentado su renuncia al cargo por motivos personales. Ha comunicado su decisión al ministro de Justicia. Torres-Dulce regresará a su plaza en la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional.
La dimisión se produce a casi tres años después de iniciar su función como Fiscal y analistas entienden que se debería al continúo pedido de Torres-Dulce mayor autonomía.
El caso Bárcenas y la consulta soberanista del 9-N, habrían sido determinantes para su renuncia, por algunas críticas del gobierno a su gestión por no actuar en contra de los independentistas catalanes.
En la la Comisión de Justicia del Congreso, al presentar un informe, Torres-Dulce había señalado: “No se me puede decir que sea un fiscal proclive al Gobierno cuando investigo a Barcenas y solicito prisión para él”,