Otra campaña electoral llega a su fin en Uruguay. Miles de kilómetros recorridos ganándole al sueño y al cansancio para llevar el mensaje del Partido Nacional a todos los rincones del país.
Jorge Larrañaga dijo en una entrevista: “Tengo el lomo duro de estar en instancias electorales” y es verdad. La pasión y el alma que pone el líder del larrañaguismo ha sido una constante en toda su vida política y eso nadie lo puede negar.
Hoy, el guapo, sabe que dejó todo en la cancha y sus votantes se lo agradecen; pero el líder de Alianza Nacional, no es solo un luchador, es un político de raza como pocos, que habla de frente y sin tapujos. Dice lo que piensa sin pensar en beneficios personales.
Sin presunciones, tiene dotes de estadista; algo de lo que carecen varios de sus rivales políticos que apelan a cualquier recurso, para obtener la atención de la gente en busca de réditos personales, antes que fijarse en las necesidades del pueblo.
Una frase de Winston Churchill podría definir la labor de Jorge Larrañaga:’Un político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones’.
Larrañaga, desde siempre, ha luchado por mejorar la educación de los jóvenes, ante la inoperancia y los fracasos del gobierno frenteamplista. Pidió, exigió y presentó proyectos como nadie en el área educativa. Fue en busca de los mejores para asesorarse y cambiar la desidia estatal.
La inseguridad ciudadana, que hoy alcanza cifras espeluznantes, ha sido otra de sus preocupaciones más firmes. Un flagelo donde el gobierno viene haciendo agua en sus dos administraciones. Larrañaga ha presentado proyectos concretos que el Estado no ha tenido en cuenta, y los tristes resultados están a la vista: el gobierno de José Mujica termina con las mayores cifras de violencia en democracia. Lo dicen las estadísticas.
“Me llama poderosamente la atención como en un país en donde terminamos el año 2013 con 98.000 hurtos consumados y vamos a terminar este año, lamentablemente lo digo, y ojalá que me equivoque, con 20.000 rapiñas, el candidato a la presidencia por el continuismo, el Dr. Tabaré Vázquez, promete que va a luchar por abatir en los próximos 5 años apenas el 30% del total de las rapiñas que se cometen… ¿y el resto qué?” , preguntó Larrañaga.
“Con toda claridad lo que me parece es que el Frente Amplio no puede con la delincuencia, así de claro y así de firme. El Frente Amplio es parte del problema en materia de inseguridad. El Frente Amplio no enfrenta la situación de inseguridad, esta es la realidad”, agregó.
Lo que suceda el domingo- más allá de los resultados- dejarán en claro que modelo de país se quiere; el de la genuflexión a la inseguridad y a la mala educación, entre otros males, o al de un Uruguay de cambio, donde el valor de la vida humana sea prioritario para poder vivir en paz y donde el sistema educativo sea reformado y a los docentes se les reconozca como realmente merecen.
Para abrir esas puertas, Jorge Larrañaga y el Partido Nacional tienen las llaves. Lamentarse después, no servirá de nada.
Raúl Vallarino









