Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha tenido que buscar en el fondo de su libro de recetas para restaurar la calma en los mercados financieros europeos. Tan en el fondo que sus pociones no convencionales han desencadenado la controversia. Este lunes 17 de noviembre, Draghi ha comparecido ante los eurodiputados de la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios para explicarlas.
Parece una sopa de letras (SMP, OMT, TLTROs) la nómina de medidas de política monetaria, adoptadas en unos casos y de momento sólo anunciadas en otros, contempladas por el BCE con dos objetivos: calmar los mercados financieros y lograr que los bancos de la zona euro vuelvan a prestar dinero. El propósito final es impulsar la actividad económica, el crecimiento y el empleo.
Al estar situado en un 0,05 por ciento el tipo de interés, los bancos obtienen dinero del BCE casi de manera gratuita. Pero como los hogares y las empresas están muy endeudados, los bancos son aún reticentes a inyectar este dinero en la economía real. Por tanto, el BCE ha recurrido a medidas no convencionales que espera sirvan para reducir el riesgo de dar crédito en estos tiempos inciertos.
Una de las medidas más controvertidas, anunciada pero aún no en marcha, sería que el BCE compre deuda pública en los mercados financieros, lo que ya ha calmado a estos últimos. Significa que estos bonos siempre tendrán comprador, lo que reduce el riesgo de los mismos y, en consecuencia, ha rebajado su precio. El BCE espera que esta medida, además, contribuya a impulsar el crédito.
Los detractores de esta iniciativa consideran que se trata de una promesa de dinero barato para los Gobiernos que no desean emprender reformas estructurales dolorosas. Y puntualizan que si el BCE compra deuda pública, habrá salido de su terreno, el de la política monetaria, para adentrarse en el campo de la política presupuestaria en contra de lo contemplado en los tratados de la Unión Europea.
¿Es legal?
No se trata de una cuestión baladí. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea se dispone a dictar sentencia en los próximos meses sobre si tales medidas son compatibles con los Tratados. Así se lo ha pedido el Tribunal Constitucional de Alemania. Dado que estas medidas han devuelto la tranquilidad a los mercados, la espera de la decisión produce desasosiego.
Con información de la Eurocámara












